MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER) han recordado, ante la retirada de la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores, que los pacientes renales, especialmente las personas que están en tratamientos renales sustitutivos (diálisis y trasplante), deben seguir extremando las precauciones por ser un grupo especialmente vulnerable.
Y es que, prosigue, estos pacientes han tenido una alta tasa de mortalidad por infección por Covid-19, que ha superado el 25 por ciento de los infectados en las primeras olas de la pandemia y que ha tenido una alta tasa de contagio también (que supera el 10% de la población en tratamiento renal sustitutivo: diálisis y trasplante renal).
Aunque se trata de un grupo especialmente protegido por 3 e incluso 4 dosis de vacunación frente a la COVID-19, su alto riesgo por la propia enfermedad, su edad avanzada, la inmunosupresión y las enfermedades asociadas que suelen padecer (diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares en la mayoría de los casos), hacen necesario que no bajen la guardia.
En el caso de las personas trasplantadas de riñón, además de su situación de inmunosupresión que les provoca la medicación que toman para evitar el rechazo de su riñón trasplantado, está demostrado que generan un nivel muy bajo de anticuerpos aún después de cuarta dosis de la vacuna. Aunque es cierto que la generación de células T (que protegen frente a la progresión grave de la enfermedad) alcanzan niveles muy altos tras la 4 dosis, merece la pena seguir utilizando las mascarillas en determinadas situaciones un tiempo mayor que la población general.
En concreto ALCER recomienda el uso de mascarillas quirúrgicas o FFP2 en pacientes trasplantados y en tratamientos de diálisis en las consultas médicas, visitas rutinarias o de cualquier otro tipo a centros sanitarios u hospitalarios; espacios interiores, cuando se prevea la utilización del mismo lugar junto con personas no convivientes, sobre todo cuando no se pueda mantener distancia de seguridad.
También aconseja su uso en espectáculos o eventos dónde se prevea la acumulación importante de personas, y aun cuando sea en el exterior si no se puede asegurar la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros, en el transporte público o privado cuando se realice con no convivientes, y en los centros no sanitarios, como entidades Alcer, de atención social, psicológica, nutricional, de fisioterapia o centros de estética.