MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio, realizado por el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (CSIC-UAM) y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC), ha demostrado que el agua filtrada alcalinizada mejora la inflamación intestinal al tener un efecto anti-oxidante y anti-inflamatorio.
Si hasta ahora se había hablado del agua alcalina como uno de los aliados para las afecciones del estómago, con mejoras como la reducción de la acidez estomacal, aún no había evidencias ni estudios científicos que hubieran puesto a prueba su efectividad en los efectos intestinales.
Así, un grupo de científicos de la Universidad Autónoma, junto con el CSIC, propusieron buscar la evidencia del efecto antioxidante y, por tanto, anti-inflamatorio del agua filtrada a través de jarras 'Alkanatur' sobre un modelo de rata obesa y valorar, además, si la ingesta de un tratamiento basado en probióticos interferiría o mejoraría ese tipo de ingesta de agua alcalinizada frente al agua del grifo de Madrid.
Durante tres meses se hizo seguimiento de la ganancia de peso, de los cambios metabólicos y una medición en el plasma de la capacidad antioxidante total y los niveles de mediadores anti-inflamatorios.
"Los resultados obtenidos mostraron que el consumo de agua filtrada alcalinizada mejoró la composición del microbioma intestinal y el estado de la mucosa intestinal, redujo la inflamación tanto local como sistémica y el nivel de estrés oxidativo", explican las autoras en el artículo publicado en la página de 'Alkanatur' sobre la investigación.
Asimismo, señalan que estos cambios se acompañaron de "una mejora en la capacidad oxidativa de las ratas, una reducción de la capacidad antioxidante máxima y un aumento en la ganancia de peso, todos estos efectos indicadores de una mejora sistémica en el estado metabólico y oxidativo general".
Tras tres meses de estudio, el equipo científico ha llegado a diferentes conclusiones sobre los beneficios que proporciona la ingesta de agua alcalinizada, junto al tratamiento probiótico, para la inflamación intestinal.
Entre estos beneficios destacan: que favorece un perfil inmunosupresor y antiinflamatorio; que mantiene mejor la actividad metabólica que el agua de grifo, especialmente en ratas obesas; que mejora en el estado inflamatorio a nivel sistémico y reduce el estrés oxidativo a nivel intestinal, un efecto que puede estar relacionado con la mejora del estado inflamatorio y el estado de la mucosa.
Además, tanto el agua filtrada como la dieta tienden a aumentar o mantener más altos los niveles de Clostridium IV, beneficioso por su capacidad de producir butirato y el tratamiento con agua filtrada tiene un efecto positivo sobre los grupos bacterianos asociados con una buena salud intestinal como 'Akkermansia' mientras que reduce la presencia de bacterias asociadas con la disbiosis como las 'Enteriobacteriaceae'.