BARCELONA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Mari Carmen Martínez lleva más de 30 años afectada por la enfermedad de la fibromialgia, más de 30 años conviviendo con el cansancio perpetuo y el dolor constante en los músculos y articulaciones. Debido a su enfermedad, Mari Carmen tuvo que dejar de trabajar hace 2 años. Su caso no es ni mucho menos único. Hoy se celebra el día mundial de la fibromialgia que afecta, según datos oficiales, a cerca del 3 por ciento de la población de España.
La fibromialgia no tiene cura y su causa todavía es un misterio para la ciencia, pero lo cierto es que el dolor que sufren los afectados de esta enfermedad es muy real y acaba por deteriorar significativamente la calidad de vida de quienes lo sufren.
El dolor es el síntoma característico, pero no el único. "La falta de concentración y memoria, la vejiga irritable, la ansiedad y el cansancio" son otros síntomas propios de síndrome, tal y como explicó a Europa Press Televisión la presidenta de la Asociación Catalana de Afectados de Fibromialgia, Teresa Ribera.
"Cuando una persona vive con el dolor durante 24 horas al día" lo normal es que al final acabe sintiendo "un cansancio descomunal", apuntó Ribera, que no sólo es presidenta de la asociación sino que además padece la enfermedad desde 1998, un año antes de que se fundara ACAF.
Otro de los grandes problemas del síndrome es que es muy difícil de diagnosticar. No hay una prueba de laboratorio ni rayos X que pueda ayudar a un médico a diagnosticarla. Martínez relató el calvario por el que tuvo que pasar antes de que los médicos dieran con la enfermedad que tenía: "No sabían lo que tenía. Iba al médico y me decía que podía tener artrosis, desgaste de huesos... Me daba tratamiento para una cosa, para otra, pero los dolores seguían y así me tiré muchísimo tiempo".
LOS FAMILIARES NO LES COMPRENDEN
Además, los afectados no sólo tienen que hacer frente al cansancio y al dolor, sino también a las críticas de los que les rodean, que con frecuencia no pueden comprender su enfermedad. "Se nos juzga mal, se nos tacha de personas histéricas, vagas, nerviosas", aseguró la presidenta de ACAF.
En las 28 sedes territoriales con las que cuenta ACAF en Cataluña se realizan distintas actividades dedicadas a mejorar la calidad de vida de los enfermos de fibromialgia. "Atención personalizada, taichí, gimnasia suave, estiramientos, relajación", enumeró Ribera.
"Las clases es la única cosa que tenemos para poder seguir luchando y mejorar", dijo Josefina Folqué, que padece fibromialgia desde hace 30 años".
La Fibromialgia no tiene cura, al desconocer la causa de la enfermedad no existe ningún medicamento. "La única solución para mejorar un poco nuestra calidad de vida" es "aprender a vivir, a llevar el dolor" y seguir un "tratamiento especializado", señaló Ribera.