MADRID 25 May. (EUROPA PRESS) -
Los adultos que sobrevivieron a un cáncer en su infancia tienen peor salud general, sufren más enfermedades, más limitaciones en su funcionamiento diario y son menos productivos que los adultos que no tuvieron cáncer de niños, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda (Estados Unidos) y publicado recientemente en la edición 'on line' de la revista especializada 'Cancer'.
Los resultados de este trabajo sugieren que los efectos del cáncer en la infancia son de larga duración y que los supervivientes necesitan una atención médica especial a lo largo de toda su vida.
El número de adultos que sobreviven a un cáncer infantil en Estados Unidos se está incrementando gracias a la efectividad de los tratamientos y la mejora de la supervivencia.
Para averiguar los problemas a los que estos supervivientes deben hacer frente durante toda su vida, la investigadora Emily Dowling, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, examinó la información de los participantes de la Encuesta Nacional de Salud, que cada año recoge datos de un amplio grupo de población del país sobre temas de salud.
Los autores identificaron a un total de 410 adultos que sobrevivieron a un cáncer infantil y a 294.641 individuos sin cáncer en los últimos años de la encuesta. Los investigadores compararon las respuestas de estos dos grupos a diversas cuestiones relacionadas con su salud y sus habilidades funcionales.
Descubrieron que los adultos supervivientes a un cáncer infantil presentaban peores resultados en la mayoría de las preguntas relativas a salud general y productividad que los individuos sin cáncer.
Asimismo, los supervivientes eran más propensos a describir su estado de salud como malo (24,3% contra 10,9%); tener una limitación de salud de alguna clase (12,9% contra 3,4%); ser incapaz de trabajar por problemas de salud (20,9% contra 6,3%), y estar limitados en la cantidad o el tipo de trabajo que pueden realizar, también por salud (30,9% contra 10,6%).
Cuando los individuos que sobrevivieron al cáncer fueron clasificados según el tiempo transcurrido desde su diagnóstico, presentaron malos resultados en salud en todos los intervalos de tiempo, con las mayores limitaciones en los primeros cuatro años tras el diagnóstico y 30 o más años después del diagnóstico.
El grupo más tardío experimentó los mayores niveles de pérdida de productividad: el 46 por ciento estaban limitados en la cantidad o en el tipo de trabajo que hacían por sus problemas de salud y el 39,8 por ciento tenían una salud regular o mala. Además, este grupo de supervivientes dijo haber perdido una media de 69,3 días de trabajo durante el pasado año por sus problemas de salud.
Los autores de este trabajo señalan que los altos niveles de carga de enfermedad de la población más mayor que sobrevivió al cáncer puede reflejar las consecuencias de los tipos de tratamientos más tempranos, los que fueron administrados entre 1970 y 1980, que han sido asociados con más problemas de salud que los tratamientos de cáncer más recientes.
"Nuestro estudio sugiere que los adultos supervivientes de un cáncer infantil requieren una especial atención médica y pueden beneficiarse de las intervenciones para mejorar su salud y su productividad", ha señalado Dowling, quien apunta que las guías clínicas actuales recomiendan a los supervivientes del cáncer recibir cuidados sanitarios por su riesgo adicional de sufrir problemas de salud.