LONDRES 26 Mar. (Reuters/EP) -
Los adolescentes están programados para asumir riesgos porque disfrutan más que otros grupos la emoción que se genera en situaciones peligrosas, lo que podría explicar por qué se involucran en actividades como consumo de drogas, peleas o sexo sin protecciónsegún un estudio realizado por científicos británicos publicado en la revista 'Cognitive Development'.
"La llegada de la adolescencia se caracteriza por una explosión de actividades arriesgadas, como conducir irresponsablemente, tener sexo sin protección, experimentar con alcohol, hábitos alimenticios poco aconsejables y el sedentarismo", dijo Sarah-Jayne Blakemore, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la University College London, coautora del estudio.
La especialista agregó que este tipo de conductas contribuye a la llamada "paradoja de salud" de la adolescencia, que ocurre cuando la etapa de máxima salud física coincide con un período de altos riesgos y altas tasas de mortalidad.
Los investigadores estudiaron a 86 niños y hombres de entre 9 y 35 años, que participaron en un juego de computadora en el que tenían que tomar decisiones para ganar puntos. Después de cada juego, los investigadores midieron las respuestas emocionales de los jugadores registrando cuán satisfechos o insatisfechos estaban con el resultado.
El equipo halló que la llegada de la adolescencia implicaba un aumento del disfrute ante situaciones peligrosas. "Entender por qué los adolescentes toman esos riesgos es importante para las intervenciones de la salud pública y para sus familias", sostuvo Blakemore.
Los resultados sugieren que los jóvenes son buenos a la hora de analizar los pros y contras de sus decisiones, a diferencia de los niños, pero asumen los riesgos porque disfrutan más la emoción generada en una situación peligrosa que otros grupos de edad, sobre todo cuando salen ilesos. Las conductas más arriesgadas se vieron en los adolescentes de 14 años.
Un estudio apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado el año pasado halló que el 40 por ciento de las muertes de adolescentes en todo el mundo se debían a heridas o episodios violentos.
Los hombres jóvenes que viven en regiones de ingresos medios como Europa del Este y partes de Sudamérica están en un riesgo particularmente alto, demostró el estudio.