MADRID 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Según un nuevo análisis, muchos adolescentes y adultos jóvenes sobrevivientes de cáncer tienen conductas poco saludables, condiciones médicas crónicas, una mala calidad de vida, y significativas barreras para el acceso a los servicios de salud.
Publicado en la revista 'Cancer', el estudio indica que son necesarios mayores esfuerzos para ofrecer calidad en el seguimiento de la salud de los sobrevivientes de cáncer adolescentes y adultos jóvenes, y animarles a vivir de una forma más saludable.
Los jóvenes diagnosticados con cáncer tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades de larga duración y muerte temprana, no sólo a causa de su enfermedad, sino también debido a los efectos secundarios tardíos de los tratamientos.
En el nuevo estudio, Eric Tai, de la División para la Prevención y Control del Cáncer, en Atlanta, y sus colaboradores, examinaron los datos registrados en 2009 por el Sistema de Vigilancia sobre el Factor de Riesgo del Comportamiento, una encuesta telefónica que controla los comportamientos que afectan a la salud, las enfermedades crónicas, las lesiones, el acceso a la atención médica, y el cuidado preventivo.
Los investigadores compararon la información de la encuesta realizada a 4.054 supervivientes de cáncer adolescentes y adultos jóvenes (cuya edad en el primer diagnóstico de cáncer fue de entre 15 y 29 años), con la información de 345.592 personas sin un historial de cáncer.
En comparación con los encuestados sin cáncer, los sobrevivientes adolescentes y adultos jóvenes con cáncer reportaron una mayor prevalencia de tabaquismo (26%, frente al 18%), obesidad (31%, frente al 27%), enfermedades del corazón (14%, frente al 7%), presión arterial alta (35%, frente al 29%), asma (15%, frente al 8%), discapacidad (36%, frente al 18%), mala salud mental (20%, frente al 10%), mala salud física (24%, frente al 10%), y mayor renuncia la atención médica, debido a su costo (24%, frente al 15%).
Los hallazgos sugieren que los sobrevivientes de cáncer adolescentes y adultos jóvenes experimentan comúnmente rasgos negativos de comportamiento. "Muchos de estos comportamientos negativos son potencialmente modificables", afirma Tai.
Según el investigador, las guías clínicas ofrecen a los médicos y otros profesionales clínicos información valiosa sobre cómo proporcionar un seguimiento adecuado de los sobrevivientes de cáncer, y la forma de intervenir para promover hábitos saludables.