MADRID 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La actividad física y sexual ocasional se asocia con un mayor riesgo a corto plazo de ataque cardiaco, según un estudio del Centro Médico Tufts en Boston (Estados Unidos), que se publica en la revista 'Journal of American Medical Association' (JAMA).
Los investigadores han realizado un análisis de estudios previos que examinaban si la actividad física episódica y la actividad sexual puede actuar como un desencadenante de los episodios cardiacos, en el que se descubrió una asociación entre estas actividades y el riesgo a corto plazo de ataque cardiaco y muerte cardiaca súbita, aunque el riesgo absoluto era pequeño y reducido entre personas con altos niveles de actividad física regular.
Los episodios cardiacos agudos son una importante causa de enfermedad y muerte. Sólo en los Estados Unidos se producen cada año un millón de infartos de miocardio agudos y 300.000 paradas cardiacas.
Los científicos, dirigidos por Issa J. Dahabreh, en Boston, y Jessica K. Paulus, en Medford, realizaron una revisión sistemática y un meta-análisis para examinar la asociación entre la actividad física episódica y la actividad sexual y los episodios cardiacos agudos y también la interacción de los niveles de actividad física regulares con el efecto desencadenante de estas exposiciones. Los investigadores identificaron 14 estudios que reunían los criterios para la inclusión en los análisis.
Los investigadores descubrieron que, de forma global, los estudios sugerían una asociación (3,5 veces más riesgo) entre la actividad física episódica y el ataque cardiaco. También existía evidencia de un aumento en el riesgo de muerte cardiaca súbita (MCS) desencadenada por ejercicio físico episódico. De forma global, la actividad sexual episódica se asociaba con un riesgo 2,7 veces mayor de ataque cardiaco.
Los autores también descubrieron que debido a que estas exposiciones de ejercicio físico episódico y actividad sexual son infrecuentes, el riesgo absoluto de que estas actividades desencadenen un episodio es pequeña.
Los subgrupos de pacientes con mayores niveles de actividad habitual tendían a ser menos susceptibles al efecto desencadenante de la actividad física episódica. El análisis indicó que el riesgo relativo de ataque cardiaco desencadenado por la actividad física episódica era menor en aproximadamente un 45 por ciento, y un 30 por ciento en MCS, por cada vez adicional por semana que una persona se exponía habitualmente a la actividad física.
Los autores señalan que los niveles de actividad habitual afectaban de forma significativa a la asociación de la actividad física episódica y el infarto de miocardio, la actividad física episódica y el MCS, y la actividad sexual y el infarto de miocardio. En todos los casos, los individuos con menores niveles de actividad habitual tenían un mayor riesgo relativo del efecto desencadenante.
La conclusión de los investigadores es que la revisión de los 14 estudios sobre episodios cardiacos agudos muestra una asociación significativa entre la actividad sexual y física episódica y el infarto de miocardio y evidencia que sugiere una asociación entre la actividad física episódica y el MCS.
Los autores señalan que más importante es que estas asociaciones parecen ser muy modificadas por la actividad física habitual y que los individuos con mayores niveles de actividad habitual experimentan aumentos mucho menores en el riesgo, en comparación con los individuos con menores niveles de actividad.
Por todo ello, además de por la magnitud absoluta pequeña del riesgo asociado con la exposición aguda ante la actividad sexual o física episódica, los descubrimientos no deberían malinterpretarse como una indicación del daño neto de la actividad física o sexual; en vez de ello, demuestran que estas exposiciones están asociados con un aumento a corto plazo temporal en el riesgo de episodios cardiacos agudos.