MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Médico Howard Hughes han descubierto que a través de la activación de un gen, el de la proteína Tcf3, es posible evitar que las células de la piel maduren y se conviertan en tres tipos de células adultas: epidérmicas, sebáceas y pilosas. Las conclusiones del estudio se publican esta semana en la revista 'Cell'.
El Tcf3 es un factor de transcripción, una proteína que controla la actividad de un conjunto de genes para coordinar su funcionamiento. En estudios anteriores, los investigadores han descubierto que el gen del Tcf3 se activa en una región del folículo piloso adulto en la que se suponen deben existir células madre.
Los investigadores consideraron que si Tcf3 participaba en el mantenimiento de las células del folículo adultas también podría estar presente en la piel embrionaria, que está formada principalmente de células madre. Cuando analizaron la epidermis de ratones embrionarios descubrieron que el gen Tcf3 se encontraba activo en las células madre de la piel.
Los científicos desarrollaron entonces un linaje de ratones en los que podían activar o desactivar el gen y utilizaron 'microarrays', también conocidos como "chips genéticos", para analizar qué genes se veían afectados cuando se activaba Tcf3.
Según los científicos, al comparar la lista de genes que reprimía o inducía Tcf3 descubrieron que era muy similar a la de los genes que se encontraban presentes durante el desarrollo embrionario de la piel. Los investigadores descubrieron que el gen reprimía a los miembros de la familia genética llamada PPAR, genes que producen factores de trascripción claves que promueven la diferenciación de las células madre de la piel en células epidérmicas y de las glándulas sebáceas.
Cuando los investigadores descubrieron que la activación del gen Tcf3 en los ratones bloqueaba la diferenciación de las células madre de la piel en los tres tipos de células de la piel maduras: células epidérmicas, sebáceas y pilosas.