ZARAGOZA 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 88 por ciento de los inmigrantes desconoce que existe un teléfono de emergencias y sólo un 16,6 por ciento sabe que su centro de salud cuenta con este servicio por lo que siempre acuden al hospital en estos casos.
Así se desprende de un estudio realizado en Cataluña y presentado en el 31º Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que se celebra en el Auditorio de Zaragoza hasta este viernes, 10 de junio.
El coordinador del Grupo de Atención al Inmigrante de semFYC, José Vázquez, ha afirmado que la población inmigrante utiliza menos los servicios sanitarios porque "la mayoría son personas jóvenes y sanos que no tienen enfermedades crónicas", ha informado la semFYC en un comunicado.
Otro motivo "es porque muchas veces desconocen cómo funciona nuestro sistema sanitario y piensan que tienen que pagar la atención que reciben, cosa que ocurre en casi todos su países de origen", ha indicado José Vázquez, que ha recordado que estos ciudadanos, según la Ley de Extranjería, si están empadronados, tienen el mismo derecho de recibir asistencia sanitaria que el resto de la población.
PROCEDENCIA
Otro estudio que se presenta en este Congreso, realizado por Médicos del Mundo de Aragón, señala que la mayoría de los inmigrantes atendidos en la consulta de atención sociosanitaria a inmigrantes (CASSIN) proceden de África subsahariana, América Latina, Europa del Este y Norte de África.
A través de su dispositivo de consulta de atención sociosanitaria a inmigrantes (CASSIN), facilitan asistencia a todos aquellos colectivos que no acceden al sistema público de salud, en su mayoría personas en situación de exclusión social.
Las enfermedades por las que acuden están relacionadas en su mayoría con el sistema genitourinario, seguidas por los trastornos mentales y del comportamiento y por patologías del aparato locomotor.
Quienes menos utilizan la sanidad pública son los ciudadanos procedentes de los países asiáticos, "por motivos culturales, primero intentan resolverlo por la medicina tradicional china, tanto en su país de origen, como en el país que les acoge", ha señalado José Vázquez.
FALSA CREENCIA
El técnico de Salud Pública de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria Centro de Madrid, Ángel Alberquilla, ha afirmado que "parece que hay una creencia generalizada de que la población inmigrante sobreutiliza los servicios sanitarios y genera una sobrecarga asistencial y no es así".
Alberquilla es uno de los autores de un estudio que se ha llevado a cabo en centros de salud de la antigua Área 11 de Madrid (zona Sur), durante tres años y que agrupa unas observaciones equivalentes a 2.500.000 de pacientes/año.
En el congreso, se presentarán sólo parte de los resultados, de una muestra de medio millón de pacientes, de los que el 20 por ciento son inmigrantes. El doctor Alberquilla ha recalcado que "se constata que utilizan menos los servicios sanitarios y que consumen menos medicamentos de lo esperado, una vez que se ajusta en función de su carga de enfermedad (casuística)".
El trabajo también ofrece datos de la diferencia de enfermedades entre autóctonos y población inmigrante. En esta última, "a igualdad de sexo y edad, hay una mayor demanda asistencial relacionada con el aparato reproductor femenino, embarazo, parto y también por cuestiones de anticoncepción".
"Las infecciones genitales y citologías anormales también son más frecuentes entre el colectivo de inmigrantes". Sin embargo, "en nuestro estudio, podemos constatar que, también en contra de lo esperado, los problemas psicosociales son menores entre la población que viene de fuera que en la autóctona", ha precisado Alberquilla.
PROBLEMAS DE SALUD MENTAL
La población inmigrante española es mayoritariamente masculina, excepto los que llegan de Latinoamérica y Europa del Este, ha sostenido el coordinador del Grupo de Atención al Inmigrante de semFYC, José Vázquez.
"En mujeres, se observa una importante morbilidad en mujeres, en el área de la Salud Mental, debido al aislamiento en el que se encuentran, sobre todo al llegar, el haber dejado a los hijos y al resto de la familia en el país de origen", ha dicho.
Asimismo, "detrás de los problemas por los que consultan, dolores inespecíficos, abdominales, cefaleas mal descritas puede existir un trastorno adaptativo, y, en algunos casos, puede aparecer incluso el síndrome de Ulises", ha expuesto el coordinador del Grupo de Atención al Inmigrante de semFYC.
Este último es un trastorno por estrés crónico y múltiple de la persona emigrada "más frecuente en aquellos que no cuentan con apoyo familiar, que tienen una condiciones de vida manifiestamente mejorables, e incluso sienten un miedo constante a que lo repatríen; todo ello puede generar trastornos depresivos", ha apuntado este experto.
Por otra parte, el coordinador del Grupo de Atención al Inmigrante de semFYC, ha manifestado que, "aunque el idioma siempre resulta una barrera, muchas veces más que el idioma el problema es de comunicación, tanto con los pacientes autóctonos como con los que vienen de fuera".
Con el objetivo de ayudar a los médicos de familia a resolver las diferencias de idioma, la semFYC dispone de un programa de traducción on line, el Universal Doctor, que se ha distribuido en la mayoría de centros de salud españoles.
PROTOCOLO
La semFYC dispone desde hace siete años de un 'Protocolo de Atención Inicial al Inmigrante' en el que se recogen algunas pautas sobre cuál debería ser la actuación médica más adecuada a cada caso, en función del país de origen y del tiempo de residencia.
"Una herramienta útil para ayudar a los médicos de familia a adquirir elementos de juicio y habilidades para el manejo del paciente inmigrante en la consulta", ha afirmado el coordinador del Grupo de Atención al Inmigrante de semFYC.
El documento incide en el riesgo de las enfermedades tropicales, en otras prevalentes en sus países de origen, como las hepatitis o tuberculosis, y valora la posibilidad de la existencia de trastornos adaptativos, "teniendo en cuenta otros factores que influyen en la salud, como son la cultura, las costumbres y la realidad social en la que viven", ha precisado Vázquez.
Este protocolo permite descartar esos riesgos teóricos y centrarse en los problemas reales, que generalmente, van a ser los mismos que los de la población autóctona, han explicado desde la semFYC.