El 85% de los mayores de 50 años sufre graves problemas de salud por la hiperplasia benigna de próstata, según la SEMG

Actualizado: jueves, 12 julio 2007 16:00


MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

El 25% de los varones de 45 años sufre hiperplasia benigna de próstata, una enfermedad que puede provocar graves problemas de salud si no se controla y cuya prevalencia "se dispara al 85%" entre los mayores de 80 años de edad, explica el doctor Antonio Fernández-Pro, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), según un comunicado difundido hoy por esta sociedad.

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) consiste en un agrandamiento de esta glándula --situada debajo de la vejiga-- rodeando la uretra. Esta patología, que en sí misma no entraña ningún peligro, al comprimir la uretra obstruye el flujo urinario y puede provocar graves problemas de salud si no se controla la enfermedad.

"A los 45 años, el porcentaje de afectados se acerca al 25%, a partir de los 70 años la prevalencia es del 79% y se dispara al 85% entre los mayores de 80 años", apuntó el doctor Fernández-Pro, quien advierte de que el principal problema de este mal es que muchos afectados asocian sus síntomas a la edad y no acuden al médico hasta que la enfermedad se encuentra en fases avanzada "cuando una atención médica temprana ayudaría a prevenir las complicaciones de esta enfermedad y mejoraría la calidad de vida de estos pacientes".

"Los esfuerzos en Atención Primaria (AP) se dirigen hacia una detección precoz de la HBP y hacia un seguimiento y control adecuado de la misma para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de los afectados", señala el vicepresidente de la SEMG.

La SEMG advierte de que cualquier varón adulto, especialmente mayor de 50 años de edad, debería prestar "especial atención" a una serie de síntomas que pueden ser el preludio de alteraciones mucho más graves originadas por la HBP, entre ellos la necesidad de orinar con mayor frecuencia, sobre todo por la noche (nicturia); la sensación de micción imperiosa que a veces puede comportar pequeñas pérdidas de orina; la disminución de la fuerza del flujo urinario, que pasa a ser débil e incluso intermitente o el dolor miccional (disuria).

Aunque el doctor Fernández-Pro advierte de que los síntomas mencionados "no necesariamente significan que la próstata haya aumentado de tamaño", ya que otras enfermedades también producen este tipo de síntomas, se debe siempre consultar al médico para que realice un diagnóstico y prescriba un tratamiento que evite complicaciones posteriores, como las infecciones de repetición, divertículos y litiasis vesicales o retención aguda de orina, un trastorno que precisa de asistencia médica urgente y que "afecta al 1-2% de pacientes con HBP al año".