MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
El 8,4 por ciento de pacientes ingresados en los hospitales españoles presenta algún efecto adverso relacionado directamente con la asistencia sanitaria, debido fundamentalmente por el uso de medicamentos, infecciones hospitalarias y aplicación de procedimientos quirúrgicos. Asimismo, un 4,4 por ciento de dichos hospitalizados fallece, siendo una de las cifras más bajas en comparación con estudios realizados en otros países, según concluye una investigación presentada hoy por el director general de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), Alberto Infante.
En concreto, el Estudio Nacional de Efectos Adversos (ENEAS), divulgado durante una Jornada Científica sobre Calidad y Seguridad del Paciente en Atención Sanitaria, demuestra que la incidencia de pacientes que sufren efectos adversos en los centros españoles es una proporción similar a la de otros países como Francia, Reino Unido o Canadá, lo que indica que "las actuaciones de mejora del sistema y la capacitación de los profesionales han logrado que España se posicione entre los países con una mayor preocupación por la seguridad clínica", según Infante.
La investigación, que se llevó a cabo sobre una muestra de 24 hospitales públicos españoles, revisando un total de 5.755 historias clínicas --cumpliendo estrictos protocolos de confidencialidad-- de pacientes ingresados en una semana, apunta a que tres de cada cuatro efectos adversos se deben a actuaciones relacionadas con el diagnóstico, tratamiento, organización o abordaje de la patología, "ámbito en el que se debe intervenir". En concreto, se producen 4,5 millones de hospitalizaciones al año en España.
Asimismo, el estudio --elaborado en colaboración con el Departamento de Salud Pública de la universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante)-- precisa que casi de la mitad de los efectos adversos registrados se consideraron leves, un 39 por ciento moderados (prolongación de la hospitalización o necesidad de realizar más pruebas), y el 16 por ciento graves (incapacidad permanente, intervención quirúrgica).
En este sentido, Infante señaló que se estima que más del 40 por ciento de estos efectos adversos son evitables, ya que conociendo las causas, la mayoría se podrían evitar mediante la aplicación de "medidas sencillas", pero de forma sistemática. Así, el Ministerio de Sanidad se ha propuesto disminuir esta incidencia de "forma sustancial" que podría ser visible en el plazo de 2 o 3 años tras evaluar todas las estrategias del Plan Estratégico de Calidad del SNS, dijo.
"Todavía esta situación aparece ligada a una cultura de culpa cuando habría que generar una cultura de transparencia y científica", según Infante, quien precisó que la "Administración está trabajando para conseguirlo" y que concretamente Sanidad destinará este año unos 18 millones de euros a las comunidades autónomas para que lleven a cabo estrategias concretas a favor de garantizar la seguridad de los pacientes.
DECLARACIÓN CONJUNTA
Durante la jornada, que se celebró en Consejo Económico y Social, la mayoría de sociedades científicas de Medicina, Enfermería y Farmacia suscribieron una declaración a favor de incluir la seguridad de los pacientes como elemento clave de su actuación y en la que se comprometen a apoyar las políticas y estrategias que en materia de seguridad y gestión de riesgos se desarrollen en el SNS y el las comunidades autónomas.
Asimismo, promoverán acciones dirigidas a mejorar la cultura sobre seguridad de los pacientes, fomentar la información y participación de los pacientes en su proceso asistencial, impulsar el desarrollo de buenas prácticas clínicas, formar a los profesionales en la gestión de riesgos, desarrollar sistemas de vigilancia y notificación de efectos adversos y promover la seguridad y gestión de riesgos.