Archivo - Edificio residencial destruido por las tropas rusas en Kiev, Ucrania. - Sergei Chuzavkov/SOPA Images via / DPA - Archivo
MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
El 76 por ciento de los pacientes atendidos psicológicamente durante la Guerra de Ucrania por Médicos del Mundo son mujeres; pero, entre los jóvenes, son los hombres quienes más uso hacen de los servicios de salud mental y apoyo psicosocial, según la psicóloga Vladlena Andrienko, del equipo de Médicos del Mundo en el Dombás (Ucrania).
En un contexto de conflicto, es difícil que las personas afectadas acudan a consulta psicológica, según Médicos del Mundo. "Existe una estigmatización cultural a expresar emociones y hay carencia de servicios de apoyo psicológico en la salud pública. Por ello, la labor de organizaciones como Médicos del Mundo es más necesaria que nunca para ofrecer apoyo a la población más vulnerable, también para no sentirse sola o abandonada", expresa Andrienko.
Los servicios psicológicos se ofrecen, por ejemplo, en refugios antiaéreos improvisados, donde la gente se resguarda de los ataques o alertas. Estos albergues suelen ser sótanos de universidades y residencias de estudiantes o centros culturales, por ejemplo, donde las personas que perdieron sus viviendas aún se guarecen.
¿CÓMO APOYAR PSICOLÓGICAMENTE A MENORES?
Los síntomas más comunes en situación de conflicto armado suelen ser: miedo, estrés, ira, aislamiento social, agresividad, cambios en el sueño y ansiedad. En el caso de los niños, la mayoría están relacionados con la incertidumbre y el miedo experimentado durante el conflicto, además del duelo por la pérdida de sus seres queridos, de la vida que han perdido (su casa, su colegio) o las dificultades de la convivencia en alojamientos temporales.
Estos casos son tratados de manera individual para ofrecer a los menores un ambiente seguro donde puedan interactuar con confianza. El apoyo psicológico está dirigido a lograr que los pacientes exterioricen sus emociones a través de dibujos o algún juego, debido a que les suele resultar difícil expresarse con palabras como lo podría hacer un adulto.
Profesionales de la psicología insisten a padres, madres y cuidadores en que proporcionen a los menores un espacio para expresar su ira, tristeza y frustración en el entorno familiar y que este no esté solo abordado en el servicio psicológico.
Los padres o cuidadores también están afectados emocionalmente, y se concentran en cosas más básicas como dormir, comer y sobrevivir, "olvidando la importancia de ofrecer a sus hijos la necesidad de exteriorizar sus miedos", según Médicos del Mundo. Tal y como recuerdan, "las niñas y los niños necesitan ser escuchados por un adulto de confianza y recibir su atención".
En el caso de adolescentes, muchos de ellos han sido testigos de asesinatos, violencia, crímenes y muertes a su alrededor, lo que les lleva a albergar sentimientos de rabia y frustración que, de no tratarse, podrían afectar a la manera en la que se relacionen con su entorno en un futuro.
Por su parte, la población adulta en general se encuentra en estado de shock, ansiedad y miedo como resultado de haber perdido su entorno y tener que afrontar lo imprevisible e incierto por un tiempo indefinido.