El 60% de los ancianos que viven en residencias sufre alguna deficiencia nutricional, según un estudio

Actualizado: miércoles, 5 diciembre 2007 19:19

MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

El 60 por ciento de los ancianos que viven en residencias geriátricas, tanto públicas como privadas, puede sufrir desnutrición, según señalaron los estudios presentados en la 'I edición del Curso teórico práctico de Nutrición para Enfermería Geriátrica', que tuvo lugar recientemente en Sitges, con la colaboración de Novartis Medical Nutrition.

Las personas con mayor riesgo nutricional son aquellas con una ingesta alimentaria baja, úlceras por presión, y problemas de masticación. Según informó hoy Novartis en un comunicado, también padecer dos o más enfermedades crónicas, la polimedicación, la disfagia y la demencia se han correlacionado con la aparición de malnutrición.

En opinión de la dietista de la Consejería de Bienestar Social de la Comunidad Valenciana y una de las coordinadoras del curso, Elena Moreno, "se trata de un porcentaje muy alto, ya que son personas ancianas, en muchas ocasiones con varias patologías, polimedicados y con un bajo estado de ánimo". Según esta especialista, el problema principal es la falta de un diagnóstico a tiempo. "En muchas ocasiones, por la falta de formación del personal y la carga de trabajo, se llega al extremo de no detectar el problema hasta que el anciano está en los huesos y sin comer nada", aseguró.

Por su parte, la Enfermera Supervisora de la Residencia Geriátrica 'Los Robles' de Mortera (Cantabria) y coordinadora del curso, Elvira Hernández, afirmó que esta malnutrición supone un factor de riesgo de mayor mortalidad "ya que una ingesta de energía por debajo de la media se ha asociado a un incremento del riesgo de muerte en seis meses", además de una pérdida funcional y de calidad de vida. "Se produce una disminución de la capacidad del anciano para desarrollar las actividades de la vida diaria", subrayó.

TRASTORNOS DE LA DEGLUCIÓN

Los ancianos son un grupo de riesgo de malnutrición, ya que padecen procesos propios del envejecimiento que favorecen la saciedad o la disminución de sensación de hambre. "Las causas más frecuentes de esta malnutrición en el anciano son los trastornos de la deglución, el tracto gastrointestinal no funcionante, la anorexia producida por la ingesta de fármacos, por enfermedades agudas, por depresión o por demencia, y las enfermedades crónicas como cáncer, EPOC, o enfermedad renal e infecciones", señaló la enfermera Elvira Hernández.

Entre los trastornos de la deglución, la complicación más usual es la aparición de disfagia "la dificultad para masticar y tragar los alimentos como consecuencia de procesos obstructivos o motores de la vía orofaríngea o esofágica", afirmó por su parte Elena Moreno.

Según se puso de manifiesto en el curso, es posible detectar la malnutrición e intervenir eficazmente "identificando los factores de riesgo, realizando encuestas dietéticas que detecten los desequilibrios nutricionales, mediante datos antropométricos y bioquímicos que nos indiquen los cambios en los compartimentos corporales e identificando las manifestaciones clínicas de las enfermedades precozmente", resaltó Elvira Hernández.

En este sentido, "la enfermería tiene un papel fundamental a la hora de abordar nutricionalmente al anciano institucionalizado ya que es el profesional que mantiene el contacto permanente con el anciano a lo largo de su día a día, pudiendo detectar y registrar las ingestas y hábitos, así como modificar e implementar cuidados para la prevención y el tratamiento de los ancianos en riesgo o con una malnutrición establecida", destacó.

De esta forma, y con la formación adecuada, los profesionales de enfermería podrían realizar correctamente y de manera realista procesos como la valoración del estado nutricional del anciano, la intervención nutricional, y seguir los protocolos y procedimientos de actuación nutricional en las situaciones clínicas más frecuentes en el anciano institucionalizado. "Se debería valorar el estado nutricional del anciano, algo que no se hace en la mayoría de los casos, y a veces es una situación de riesgo que se puede prevenir con herramientas sencillas", mantuvo la dietista Elena Moreno.