MADRID 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
El 56 por ciento de las embarazadas fumadoras españolas no deja el tabaco durante el embarazo, según se desprende de una encuesta realizada a 649 madres cuyos resultados se han presentado en el XXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que estos días se celebra en Valladolid.
Los resultados revelan que más del 80 por ciento de las que abandonaron el tabaco durante ese periodo luego volvió a fumar y, el 15 por ciento de éstas, lo hizo durante la lactancia, según informó hoy la semFYC en un comunicado.
Descontadas las que vuelven a fumar en la lactancia y las que lo hacen un tiempo después de dar el pecho a su hijo, al final sólo un 16 por ciento de las fumadoras dejó el tabaco definitivamente, a pesar de que el 72 por ciento de las encuestadas cree que ser fumadora influirá en que sus hijos desarrollen este hábito.
El coordinador del Grupo de Atención al Tabaquismo (GAT) de semFYC, el doctor Javier Mataix, señaló que las mujeres que consiguen dejar el tabaco durante el embarazo reducen en un diez por ciento el riesgo de muertes fetales y de lactantes. "En la consulta, a las futuras madres se les informa procurando evitar que se sientan culpables por ser fumadoras pero dejándoles muy claro cuáles son los beneficios de suprimir el tabaquismo si lo hacen en ese momento", añadió.
En este sentido, de los resultados de la encuesta se desprende que entre las que dejan de fumar al quedarse embarazadas aquellas que lo hacen de forma espontánea, sin el apoyo y el asesoramiento de los profesionales sanitarios, son luego las que más riesgo tienen de recaer en el tabaquismo durante el año siguiente a la fecha del parto.
QUE EL MARIDO DEJE DE FUMAR.
Por otra parte, el doctor Mataix subrayó que uno de los factores que se olvidan con frecuencia y que, sin embargo, más influye en que la mujer deje de fumar con la noticia del embarazo y que no vuelva a recaer tras el parto, es la condición del marido fumador. "Por ese motivo es imprescindible intervenir también sobre él para conseguir el objetivo deseado", señaló.
Algunas embarazadas no dejan el tabaco porque consideran que el estrés que esa decisión conlleva va a ser a la larga mucho peor. "Es una de las falsas creencias que más hay que desterrar; aún hay gente que piensa que más vale fumar tres o cuatro cigarrillos que la ansiedad de no fumar ninguno", afirmó Mataix.
"Los resultados de diferentes estudios demuestran que bastan varios cigarros al día para poner en riesgo la salud del feto y de la propia mujer, por lo que el objetivo debe ser la abstinencia total", aseveró el doctor.
De las terapias disponibles para ayudar a dejar de fumar la única que no está contraindicada con el embarazo es la terapia sustitutiva con nicotina, "una opción que puede ser válida en aquellas mujeres con un alto grado de dependencia aunque su uso debe ser siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario que valore la relación riesgo-beneficio", sentenció Mataix.