MADRID, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
El 51,6% de las mujeres que sufren violencia doméstica consume ansiolíticos y/o antidepresivos y un 30% toma analgésicos, según un estudio presentado en el XXVI Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que estos días se celebra en la Feria de Valencia, organizado por la Societat Valenciana de Medicina Familiar i Comunitària.
Otro dato de esta investigación revela que el 82% acudió al centro de salud en el último año más de 10 veces. Realizado sobre una población de 29.297 pacientes que pasan por un centro urbano, se detectaron 60 casos de violencia doméstica (54 mujeres y 6 varones). El 57% de las mujeres que sufrió malos tratos a manos de su pareja pertenecía al grupo de edad de 15 a 45 años.
Para la doctora Carmen Fernández, médica de familia y experta de la semFYC en violencia doméstica, a quien se preguntó sobre estos estudios, comenta que estos datos vienen a confirmar algunas conclusiones de otros trabajos previos. "En España la violencia doméstica se sigue detectando poco. En la mayoría de los casos se trata de mujeres jóvenes y muchas de ellas consumen medicamentos para la ansiedad, el insomnio y la depresión.
Los especialista consideran que esto debería servir para llamar la atención de los profesionales, respecto a la conveniencia de preguntar por la posibilidad de una situación de maltrato a mujeres que toman psicofármacos; asimismo se recomienda ser particularmente rigurosos en la prescripción y en el seguimiento de estos tratamientos, que, indicados sin saber que la mujer sufre violencia, pueden favorecer el retraso en el diagnóstico y la dependencia.
La doctora Fernández insiste en que el consumo de estos medicamentos constituye una señal de alerta de que esa mujer podría estar sufriendo malos tratos. "La hiperfrecuentación también es una constante, y pesar deque son pacientes que vemos con más asiduidad que al resto de la población general, seguimos teniendo una baja detección", admite.
SER INMIGRANTE, FACTOR DE RIESGO
Ser mujer e inmigrante son factores que aumentan el riesgo de sufrir malos tratos. Una mujer marroquí residente en nuestro país tiene muchas más posibilidades de sufrir malos tratos que una española, según un estudio también presentado en la reunión de Valencia y realizado en un área de Cataluña, donde se analizaron 44 casos de violencia de género en mujeres (34 españolas y 10 marroquíes), con una edad de entre 15 y 65 años.
Según la doctora Fernández, las mujeres inmigrantes en general, son más vulnerables frente a este tipo de situaciones. "Las condiciones de aislamiento social y el desarraigo en que viven, la dependencia económica, y el hecho de que, en algunos casos, en sus culturas de origen la mujer no goza de los mismos derechos que el varón y la aceptación social del sometimiento de la mujer a la voluntad del marido, incrementan el riesgo de sufrir malos tratos.
La barrera del idioma es otro factor que les dificulta contar su problema a alguien. Dado que es frecuente que su intérprete sea su pareja, resulta complicado que denuncien una situación el la que muchas veces el maltratador es precisamente el propio marido".
El estudio se llevó a cabo en el Centro de Salud Vilassar de Mar de Barcelona y se utilizó el padrón municipal del Ayuntamiento y el Registro de asistencia urgente de víctimas de violencia doméstica del propio centro de salud. "Estos datos --señala la doctora Fernández--, aunque no son generalizables ya que el ámbito del estudio es local, y la detección se limita en este estudio al registro de asistencia urgente, apoyan los encontrados en otros estudios: las mujeres inmigrantes tienen un mayor riesgo de vivir este tipo de situaciones".
Los datos disponibles sobre la prevalencia de maltrato en España son, por un lado, los que proceden de las denuncias y fallecimientos registrados y, por otro, los resultados de la encuesta realizada por el Instituto de la Mujer.
Sin embargo, las denuncias, siendo uno de los datos más objetivos, no reflejan más allá de un 5-10% de todos los casos existentes. Se calcula que son más de dos millones las mujeres españolas que sufren maltrato y en un millón y medio de estos casos el agresor es la pareja.
PAPEL DEL MÉDICO DE FAMILIA
El médico de familia es el profesional sanitario mejor situado para la detección precoz de un caso de violencia doméstica. La doctora Fernández afirma que la cercanía y continuidad en la atención que definen su relación con la paciente facilitan la identificación de un problema de malos tratos a través de signos de alerta, como ansiedad o una mayor frecuencia en la consulta por motivos de salud aparentemente banales y cambiantes.
Se calcula que hasta un 90% de las mujeres maltratadas pasa por la consulta de atención primaria en el año siguiente a la agresión, aunque la mayoría de ellas no revela espontáneamente su problema, y en algunos casos incluso, no reconoce la existencia del mismo. En muchos casos pasan entre 5 y 10 años desde el inicio del maltrato hasta que se denuncia el hecho.
Los médicos de familia recomiendan seguir una serie de pautas para realizarla entrevista clínica a una mujer ante una sospecha de maltrato: citar a la mujer sola (asegurar confidencialidad); utilizar el tiempo necesario; observar las actitudes y el estado emocional de la paciente (lenguaje verbal y no verbal); facilitar la expresión de sentimientos, mantener una actitud de escucha activa; hacerle sentir que no es culpable de la violencia sufrida; expresar claramente que la violencia nunca está justificada, abordar directamente el tema de la violencia (preguntas que faciliten las respuestas).