MADRID 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Alrededor del 49 por ciento de las personas que sufren un trastorno bipolar no están diagnosticadas y, el 31 por ciento de los que conocen esta enfermedad han recibido un tratamiento equivocado de depresión mayor, según han asegurado diversos expertos, en el XI Seminario Lundbeck 'El desgobierno de la mente', quienes, además, han comentado que el 34 por ciento de estas personas ha vivido más de diez años con síntomas de la enfermedad antes de su diagnóstico.
Y es que, a pesar de los avances producidos durante los últimos años, tanto en la investigación como en el tratamiento de esta enfermedad, España es uno de los países líderes mundiales en número de personas con esta patología. Esto se debe a que uno de los principales problemas reside en la dificultad del diagnóstico durante las primeras etapas de la enfermedad.
En concreto, el trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta a casi un millón de españoles y que con los medios actuales es perfectamente tratable en la mayor parte de los casos. No afecta a la inteligencia, sino a la regulación de las emociones y sus causas son una combinación de factores genéticos y ambientales. Asimismo, su tratamiento es farmacológico y psicoterapéutico.
En este sentido, la responsable del Programa de Trastornos Bipolares del Servicio de Psiquiatría en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, Consuelo de Dios, ha recordado que se trata de una enfermedad en la que aparecen episodios de hipomanía o de manía en algún momento de su evolución y, en la inmensa mayoría de los casos, se producen también fases depresivas a veces más prolongadas.
"Tiende a ser crónica y recurrente, y se puede manifestar con un conjunto de diferentes síntomas psicológicos, conductuales y físicos no siempre fáciles de diagnosticar y tratar. No obstante, muchos pacientes adecuadamente tratados pueden llevar una vida y unas relaciones normalizadas", ha recalcado.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO Y PSICOEDUCACIÓN, EL TÁNDEM PERFECTO
El tratamiento de esta enfermedad está basado en la combinación de tratamiento farmacológico y psicoeducación. Así, entre los fármacos empleados para tratar el trastorno bipolar se encuentran los estabilizadores del ánimo como el litio, algunos anticonvulsivantes y los antipsicóticos.
"La psicoeducación es un tratamiento que desempeña una función preventiva. Se realiza en grupo, y trata de dar al paciente herramientas para manejar mejor su enfermedad y convivir con ella", ha explicado el director del Área de Psicoeducación y Tratamientos Psicológicos, Programa de Trastornos Bipolares en IDIBAPS, Hospital Clínic de Barcelona, Francesc Colom.
En este sentido, este experto ha comentado que en las sesiones de psicoeducación el paciente aprende a aceptar mejor su enfermedad, a manejar los fármacos que deberá tomar de por vida, a identificar a tiempo los episodios de su enfermedad, a cambiar determinados hábitos que le serán nocivos para su enfermedad, a manejar el estrés o a enfrentarse al estigma.
A su juicio, la terapia es importante porque, siempre en combinación con los fármacos, es un tratamiento que permite que el paciente bipolar recupere el control de su vida, tenga menos episodios --la mitad, según nuestros estudios-- y que estos sean 75 por ciento más breves. "Con lo que se recupera mucha calidad de vida, se ahorra mucho sufrimiento y costes debido a que se reduce al mínimo los ingresos hospitalarios y las visitas urgencias", ha recalcado.
DISMINUYE ENTRE 13 Y 30 AÑOS LA ESPERANZA DE VIDA
Asimismo, el trastorno bipolar puede disminuir la esperanza de vida entre 13 y 30 años. Según ha asegurado De Dios, en esta enfermedad la mortalidad está relacionada con causas no naturales como, por ejemplo, el suicidio o los accidentes, pero más aún con causas naturales, fundamentalmente problemas cardiovasculares y endocrino-metabólicos.
"Las enfermedades que con más frecuencia se presentan en el paciente con trastorno bipolar son la obesidad mórbida, la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares, entre otras. Además, los problemas de abuso de sustancias, incluyendo el alcohol, son mucho más frecuentes en el paciente con trastorno bipolar que en la población general, y esto también conlleva un alto riesgo de morbi-mortalidad", ha explicado.
Además, la prevalencia en España del síndrome metabólico --diabetes, hipertensión arterial, hiperlipidemia y obesidad-- en pacientes con trastorno bipolar es mayor que en el resto de la población. Asimismo, esta experta recuerda que el riesgo de suicidio es algo que siempre se debe evaluar en un paciente con esta enfermedad ya que "hasta la mitad de los pacientes realizan un intento de suicidio en algún momento a lo largo de su evolución, y alrededor del 15 por ciento se suicidan".
También el abuso de sustancias se asocia de forma frecuente con el trastorno bipolar. Así, la prevalencia de vida es del 40 por ciento o superior para el abuso de alcohol y otras drogas en el trastorno bipolar I y del 20 por ciento en bipolar II.
"Es ineludible abordar y prevenir estos problemas de salud física desde el inicio de la enfermedad bipolar, sin esperar a que estas complicaciones se desarrollen posteriormente", ha concluido De Dios.