MADRID, 27 Jun. (OTR/PRESS) -
Entre un 30 y un 40 por ciento de los ancianos que tienen demencia está sin diagnosticar. Al menos así lo asegura Jesús María López Arrieta, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG). La falta de diagnóstico se debe a que los familiares, y en algunas ocasiones los médicos, consideran que el deterioro cognitivo es un fenómeno "normal" asociado al envejecimiento.
El presidente de SEMEG cree que es propio que el entorno del enfermo considere que la pérdida de velocidad de procesamiento o una mayor dificultad para aprender y memorizar conceptos nuevos se asocie al paso propio de los años ya que "es un proceso que se inicia a partir de los 30 años de una manera muy sutil y que no interfiere en la vida cotidiana". No obstante, López Arrieta diferencia en que "cuando un anciano pierde memoria hasta el punto de no poder realizar las tareas habituales como llevar el papeleo del banco o la limpieza de la casa, tenemos que sospechar que hay una demencia".
A la falta de diagnóstico se le suma el hecho de que en muchos casos falta tratamiento ya que no llega a todos los pacientes pese a que "en la actualidad se dispone de una batería de fármacos que permite retrasar en mayor o menor medida el proceso degenerativo en un porcentaje de ellos", señaló el experto. Aunque en nuestro país ya existen unidades de memoria para abordar de una manera multidisciplinar las diferentes demencias, lo cierto es que muchos de estos enfermos no se tratan aunque conozcan su dolencia.
ALZHEIMER
En España, la demencia afecta al 2,4% de las personas entre 65 y 69 años; al 4% de las que tienen entre 70 y 74; al 13,2% de los que tienen entre 80 y 84 y al 33,6% de los que tienen 85 años o más. Bajo el término demencia se incluyen otras múltiples patologías, siendo el alzheimer la que más conoce la sociedad y por tanto la que más preocupa. Así, el alzheimer está detrás de entre el 60 y el 80 por ciento de las demencias en los mayores.
Como segunda causa más frecuente de las demencias le sigue la patología cerebrovascular y la demencia vascular. De todos modos, no debe confundirse una demencia con un episodio de síndrome confucional agudo, que está presente en un elevado porcentaje de ancianos hospitalizados y que puede deberse a una infección, insuficiencia cardiaca, al efecto secundario de un fármaco o a una inmovilización prolongada, entre otros muchos factores. Al igual que el deterioro conjuntivo producido por una depresión, el síndrome confesional agudo es reversible.
Como medidas para preservar la lucidez de la mente se recomienda a la población estar intelectualmente activo. "Tienen más riesgo de padecer una demencia las personas con menos estudios que las que tienen un nivel intelectual más alto", aseguró López Arrieta. Además, son factores protectores evitar todos los elementos que suponen riesgo cardiovascular, el tabaco, la obesidad, la diabetes, el colesterol o la hipertensión. Asimismo, es muy beneficiosa la popular dieta mediterránea. Como señala el presidente de SEMEG, "la fruta, las verduras, y una unidad de vino al día favorece a frenar el proceso oxidativo general y esto también influye en el cerebro".