BRUSELAS 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada cuatro españoles mayores de 16 años, un 28,4 por ciento, asegura sufrir limitaciones prolongadas en sus actividades diarias debido a problemas de salud, un porcentaje en línea registrada en el conjunto de la Unión Europea, según el informe con datos de 2015 publicado este viernes por Eurostat con motivo del día Internacional de Personas con Discapacidad, este sábado 3 de diciembre.
Según este informe, un 25,3 por ciento de los europeos dicen tener discapacidades duraderas, lo que significa que reconocen limitaciones para llevar a cabo actividades usuales, como estudiar en la escuela, tareas domésticas o participar en actividades de ocio, durante un periodo de seis meses o más.
Los países del club europeo con menores porcentajes en este sentido son Malta (9,7%), Suecia (11,1%) e Irlanda (17,7%). Por contra, las mayores proporciones se encuentran en Letonia (38,4%), Porugal (36,1%), Croacia (35,1%) y Estonia (35%).
No obstante, la estadística evidencia diferencias entre las mujeres y los hombres. Mientras a nivel europeo la tasa de mujeres que asegura sufrir estas limitaciones es del 27,5 por ciento, en el caso de los hombre sucede en un porcentaje del 23 por ciento. En España se repite el mismo patrón: un 27,4 por ciento en mujeres y un 22,1 por ciento en hombres.
En todos los Estados miembros de la UE el porcentaje entre la población femenina es mayor que el de la masculina y las mayores diferencias se encuentran en Portugal (más de diez puntos porcentuales), Finlandia (9,4), y Países Bajos y Rumanía (8,8). Los diferenciales más pequeños son los de Alemania (1,1 puntos), Chipre (1,2 puntos) e Irlanda y Malta (1,8).
Además, el estudio de Eurostat también recoge que estas limitaciones prolongadas se reducen cuanto mayor es el nivel de renta de los encuestados. Así, casi un tercio del 20 por ciento de la población europea más pobre las reconoce, mientras que se reduce hasta el 17 por ciento en el caso del 20 por ciento más rico. Estas diferencias también existen en España, con un 24,6 por ciento entre los más pobres y un 17,3 por ciento en los más ricos.