MADRID 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un 2,10 por ciento de los pacientes presenta algún tipo de efecto adverso relacionado con la asistencia en la sanidad privada, una cifra que contrasta con el 9,3 por ciento del Estudio Nacional. Así lo ha puesto de manifiesto el primer Estudio de efectos adversos en Sanidad Privada realizado por Áliad y presentado en la I Jornada sobre Seguridad del Paciente en Sanidad Privada.
En concreto, el 70 por ciento de los efectos adversos tienen que ver con un error en el procedimiento (33,3%), con la medicación (20,8%) o con infecciones que se podrían evitar (20,8%). Por ello, esta investigación concluye que si se implementan una serie de recomendaciones relacionadas con la seguridad en estos aspectos, se podrían evitar un 50 por ciento de los efectos adversos en la sanidad privada.
En este sentido, algunas de las recomendaciones que incluye este estudio son el establecimiento de estrategias preventivas para minimizar el riesgo, la estandarización en el cuidado de los catéteres, o el desarrollo de mecanismos para mitigar el impacto de determinados efectos adversos como realizar una vigilancia activa frente a las complicaciones más frecuentes ante un acto quirúrgico.
Asimismo, otro de los temas que se ha tratado en la mesa redonda ha sido el papel del benchmarking como una herramienta para medir la calidad de la atención y la seguridad del paciente. A este respecto, el catedrático de Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil de Miguel, ha expuesto el caso de los Best In Class, un reconocimiento público de la Calidad Asistencial dirigida al paciente en hospitales.
"El cuestionario que debe cumplimentarse está definido en función del objetivo planteado por el premio, el cual es reconocer públicamente a aquel centro hospitalario y a los mejores servicios o unidades del territorio nacional, tanto públicos como privados, que buscan la excelencia en la atención que prestan a sus pacientes. Se ha utilizado el modelo EFQM como referencia y el resultado es totalmente distinto a una autoevaluación", ha explicado Gil de Miguel.