MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las proyecciones estiman que cerca de 27.000 neoplasias hematológicas se diagnosticarán en España durante el 2023, según ha afirmado el epidemiólogo del Instituto Catalán de Oncología y coordinador del proyecto HematoREDECAN, Rafael Marcos-Gragera.
Así lo ha comunicado durante la VII Jornada de Divulgación 'HematoAvanza', organizada por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) con el apoyo de AstraZeneca, Gilead, Novartis, Roche, AbbVie y Lilly.
En este sentido, Marcos-Gragera ha explicado su trabajo como coordinador del proyecto HematoREDECAN, una iniciativa que tiene por objetivo analizar los indicadores epidemiológicos del cáncer hematológico en España.
"Los datos analizados corresponden a la incidencia y supervivencia de estos cánceres de la sangre entre 2002 y 2013 y a un estudio en edad infantil con datos desde 1983 hasta 2018", ha explicado.
En ese periodo se registraron un total de 56.777 cánceres hematológicos en los registros de cáncer de REDECAN (Red Española de Registros de Cáncer). La mayoría de los casos, el 69 por ciento, fueron neoplasias linfoides (leucemia linfática crónica, leucemia aguda linfoblástica, linfoma y mieloma múltiple) y el 30 por ciento correspondían a neoplasias mieloides (leucemia aguda mieloblástica, leucemia mieloide crónica, síndromes mielodisplásicos y síndromes mieloproliferativos crónicos).
De ahí, que el experto, "como resultado del análisis de tendencia", estime que cerca de 27.000 neoplasias hematológicas se diagnosticarán en España durante el año 2023.
Aunque todo parece indicar que el número de diagnósticos de cáncer hematológico crece cada año, "estamos asistiendo a una revolución en su tratamiento gracias a la inmunoterapia", ha destacado el coordinador de la Red de Terapias Avanzadas del Instituto de Salud Carlos III y ex presidente de la SEHH, José María Moraleda.
La terapia CAR-T, "se ha convertido en el paradigma de la medicina de precisión, dirigida a dianas moleculares, y ha provocado una verdadera revolución terapéutica", ha afirmado.
En este sentido ha puesto como ejemplo el caso Alyssa, una niña de 13 años con leucemia aguda linfoblástica T en recaída después de múltiples tratamientos, incluyendo un trasplante de médula ósea, y sin esperanza de curación.
"Hace poco más de un año se convirtió en la primera paciente del mundo tratada con una nueva estrategia CAR-T perfeccionada con edición génica, actualmente se encuentra sin enfermedad y con una reconstitución inmune adecuada", ha explicado.
Los anticuerpos monoclonales biespecíficos constituyen el nuevo brazo armado de la inmunoterapia contra el cáncer, después de la terapia CAR-T. "Combinan la especificidad de dos anticuerpos monoclonales y permiten el reconocimiento y unión específica a dos moléculas diferentes", ha Ana Jiménez, del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid).
Esta nueva inmunoterapia "ofrece una alta eficacia en pacientes muy pretratados con una adecuada tolerabilidad", ha añadido. Se están investigando fundamentalmente en el tratamiento de la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple, pero también frente a enfermedades hematológicas no neoplásicas, como la hemofilia A.
"Las aprobaciones actuales se sitúan a partir de la tercera línea de tratamiento y sus principales controversias se centran en la vía de administración, la duración y las medidas para aumentar su eficacia", ha subrayado Jiménez.
Tanto la terapia CAR-T como los anticuerpos monoclonales biespecíficos están empezando a revolucionar el abordaje del mieloma múltiple, tal y como se ha podido comprobar en el último congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO en sus siglas inglesas).
"El espectacular avance que se está produciendo en este cáncer hematológico es un claro ejemplo de lo que la investigación puede lograr, teniendo en cuenta que esto se ha debido, en gran parte, al trabajo del Grupo Español de Mieloma, el grupo cooperativo de investigación independiente más importante de la hematología española", ha afirmado la presidenta de la SEHH, María Victoria Mateos .
"En España, la absorbente actividad asistencial y falta de recompensa ha relegado la actividad investigadora a la nada o, como mucho, a la publicación de casos clínicos", ha denunciado Mateos.
"La Administración no crea espacios ni contempla tiempos dedicados a la investigación", ha finalizado.