MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
El dermatólogo Jeffrey Orringer, experto en eliminar tatuajes y miembro del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, asegura que casi un 20 por ciento de las personas con tatuajes piensa en quitárselos, sobre todo para "hacer desaparecer el nombre de alguien que ya no es parte de la vida del paciente".
En concreto, Orringer trata a los pacientes con tecnología láser que elimina la tinta sin que se haga daño a la piel circundante y en muchos casos no deja ninguna cicatriz, una tecnología "mucho mejor que las técnicas del pasado, que en general dejaban cicatrices".
Así, la tecnología actual deja que el médico elija las longitudes de onda de luz del láser 'Q-switched', una herramienta que emite gran cantidad de luz durante un periodo de tiempo muy breve. Con el láser se calientan específicamente las partículas de color del tatuaje, sin dañar el resto de la piel.
La temperatura que alcanza la tinta puede ser de varios cientos de grados y las partículas de tinta estallan "como palomitas, pero a nivel microscópico, y se desintegran en la piel", explica Orringer.
El proceso para eliminar los tatuajes no es simple y algunos pacientes dicen que "quitárselo es más incómodo que hacérselo". Así, cuanto más antiguo sea o menos colores tenga, más sencillo será, mientras que los tatuajes que están ubicados en los brazos y piernas, sobre todo en el tobillo, son más difíciles de quitar.