Plataforma SinDOLOR y EFIC presentan la campaña internacional 'Change Pain' para concienciar sobre las necesidades del dolor crónico.
MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 18 por ciento de los españoles sufre algún tipo de dolor crónico, de los cuales el 11 por ciento sufre dolores severos, el 63 por ciento moderado y el 23 por ciento leves, según datos de un estudio europeo que el presidente de la Federación Europea de los Capítulos de la IASP -Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (EFIC), Giustino Varrasi, expuso durante la presentación de la campaña europea 'Change Pain'.
Varrasi señaló que en toda Europa un 20 por ciento de la población sufre este problema, siendo el dolor de espalda el más común, por lo que según afirmó "es un problema de salud muy importante, tanto por su impacto social como por su repercusión en la calidad de vida del paciente".
El profesor explicó que este año se realizó una comparativa sobre la influencia en la calidad de vida de varias patologías. En ella, los dolores crónicos obtuvieron "hasta 20 puntos más en comparación con la influencia del cáncer de colon en la vida de los enfermos", afirmó.
Respecto al impacto social que produce el dolor, Varrasi indicó que en Europa los trabajadores "pierden una media de dos semanas de trabajo a causa de dolores de espalda".
Por estos motivos, el experto señaló que la campaña, en la que participan la plataforma Sin Dolor creada por FUINSA (Fundación para la Investigación en Salud) y Fundación Grünenthal, quiere concienciar y sensibilizar tanto a la población como a los profesionales sanitarios sobre la importancia de esta patología. Igualmente, uno de los objetivos principales es buscar la manera de tratar de una manera más eficaz los dolores de los pacientes.
CÍRCULO VICIOSO DEL DOLOR
En este sentido, Varrasi explicó que en el tratamiento del dolor sigue existiendo una dificultad para conseguir "un equilibrio entre analgesia y tolerabilidad de la medicación utilizada". Esto es así porque cuando la tolerabilidad de los fármacos empieza a no ser aceptable, los médicos, e incluso los propios pacientes, reducen la dosis analgésica. Así, mejora la tolerabilidad pero se vuelve a tener una analgesia insuficiente. "Si se vuelve a aumentar la dosis para aliviar el dolor se inicia de nuevo el ciclo. El paciente entra en lo que se llama el círculo vicioso del dolor", señaló.
Así, un 40 por ciento de los pacientes con dolor crónico comunicaron su insatisfacción respecto al tratamiento recibido y un 12 por ciento afirmó que no se diagnosticó adecuadamente el nivel de dolor que experimentaban en realidad.
Otro de los problemas respecto al tratamiento es "la automedicación de los pacientes, especialmente con antiinflamatorios no esteroideos", recalcó Varrasi. Según explicó, "muchos pacientes no son conscientes de los efectos secundarios negativos de estos fármacos". Además, tampoco son conscientes de que hay fármacos como los opioides que pueden tener efectos más beneficiosos en el tratamiento del dolor. Pero, "debido a los prejuicios del pasado en muchos países como Italia o España no se utilizan mucho", señaló.
Por su parte, Alberto Camba, presidente de la Sociedad Española del Dolor, afirmó que con la campaña se quiere fomentar una mayor y mejor comunicación entre médicos y pacientes, ya que actualmente "este diálogo es la única vía que tiene el profesional sanitario para evaluar el nivel de dolor que sufre el paciente y la repercusión real que éste tiene en su calidad de vida".
Sin embargo, a veces esta comunicación no es lo suficientemente fructífera como para abordar de forma correcta el dolor, por ello resaltó la importancia de "una formación específica para los médicos en el abordaje del dolor crónico".