MADRID 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 15 por ciento de los pacientes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) enferman por exposiciones prolongadas a agentes contaminantes en el puesto de trabajo, han explicado los expertos que van a asistir al Congreso Anual de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) que se celebrará en Madrid.
Por tanto, y según los especialistas, el desarrollo de esta patología "no se debe tan sólo al tabaquismo, sino que también tiene una estrecha relación con los factores medioambientales como la contaminación del aire". Esta afirmación se evidencia en el dato de que "entre el 15 y el 35 por ciento de los pacientes que sufren EPOC nunca han fumado", aseguran.
Además, el humo de la combustión de biomasa provoca el 50 por ciento de las muertes de estos pacientes en los países en desarrollo, siendo un 75 por ciento de ellos mujeres. En cuanto a la mortalidad infantil en general, un 20 por ciento de ella debe ser achacada a la contaminación existente en espacios cerrados.
La EPOC es una patología que se caracteriza por la obstrucción progresiva del flujo aéreo causada por la exposición crónica del paciente a factores ambientales. Para pormenorizar la idiosincrasia de esta enfermedad y la influencia de los factores de riesgo, el neumólogo y miembro de SEPAR, el doctor Aurelio Arnedillo, presentará la ponencia 'EPOC y Contaminación' durante el congreso.
En ella, el galeno expondrá datos de diversos estudios sobre las asociaciones entre la contaminación del aire y la intensificación de los síntomas, exacerbaciones agudas, hospitalizaciones y la mortalidad en los pacientes que ya padecen EPOC. Algunos de los agentes contaminantes de los que hablará el especialista serán "el dióxido de nitrógeno, el ozono, el dióxido de azufre o el monóxido de carbono", sostienen los organizadores.
En opinión de Arnedillo, "se deben hacer esfuerzos hacia un medio ambiente más limpio mediante la legislación, la educación y una concienciación de la sociedad en general". Este trabajo repercutiría en "un aumento sustancial de la calidad del aire, hecho que representaría una reducción de la morbilidad y la mortalidad de los pacientes que sufren esta enfermedad respiratoria", concluye el experto.