MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) y el sindicato de Enfermería (SATSE) no se sumarán a la huelga general convocada para este miércoles, 14 de noviembre, por los sindicatos CC.OO y UGT, al entender en el caso de las dos primeras que tras la convocatoria hay un componente político del que rehuyen.
En el caso de la CESM, la organización ha defendido que, pese a que existen "sobrados motivos de repulsa contra los efectos de la crisis", tras esta huelga "subyacen motivos de carácter ideológico o partidista" que no pueden ser suscritos por su carácter "profesional e independiente".
De igual modo, y dado que los médicos están siendo "uno de los colectivos sociales sobre los que con mayor rigor está recayendo el peso de la crisis", defienden que "la mejor manera de plantar cara a esta situación" no pasa por hacer causa común con organizaciones sindicales sino por "la unión de los facultativos en su propia defensa".
Por su parte, CSI-F también considera que tras esta convocatoria de huelga hay un "componente político" cuando, según argumentan, ellos "no están para poner ni para quitar gobiernos, ni para compartir pancarta o cabecera con líderes políticos de ningún partido".
Además, entienden que una huelga general "no es conveniente en estos momentos" cuando se está dilucidando un posible rescate a España. "Vivimos uno de los momentos más críticos de nuestra historia reciente y de aquí a final de año nos jugamos el futuro de nuestro país y la huelga solo serviría para agravar la situación, convirtiendo en inútiles los sacrificios que los empleados públicos y todos los trabajadores llevan realizando desde 2010", han explicado sus dirigentes.
Por su parte, el sindicato de Enfermería SATSE ha confirmado apuesta por desarrollar "nuevas vías de protesta" ante los recortes después de muchos meses de movilizaciones promovidas por Satse y otras organizaciones, tanto de manera individual como a través de diversas plataforma.
Por ello, ha demandado al Ministerio de Sanidad la creación de una Mesa de la Sanidad Pública, en la que Administración central, comunidades, sindicatos y otros agentes pongan las bases necesarias que preserven el sistema público de salud de los vaivenes políticos y económicos, afianzándolo como eje de la protección social de los ciudadanos.
"No se puede aprovechar la crisis para desmantelar la Sanidad y el Estado del Bienestar que tantos años y esfuerzos ha costado construir", han explicado, defendiendo entre otras alternativas la optimización de los recursos humanos, los presupuestos finalistas o la mejora de la eficiencia en la gestión de los recursos materiales y tecnológicos.