MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
El 12 por ciento de la población tiene una enfermedad renal oculta y el 40 por ciento de estas personas sin diagnosticar fallecerá antes de llegar a la diálisis, de acuerdo con los datos incluidos en el estudio EPIRCE (Epidemiología de la Insuficiencia Renal Crónica en España), elaborado por la Sociedad Española de Nefrología y presentado en el 'III Seminario Galego de Estudos Renais', celebrado en Orense el pasado fin de semana.
Según informó hoy en un comunicado Roche, entidad colaboradora del seminario, uno de los principales problemas de la enfermedad renal es el "infradiagnóstico". Esto se debe a que, hasta ahora, el diagnóstico se hacía midiendo los niveles de creatinina, "malos parámetros, ya que dependen mucho de que la masa muscular y la función renal desciendan a la mitad para que se reflejen en estos valores", afirmó el jefe del Servicio de Nefrología del Hospital CHOU de Orense, el doctor Alfonso Otero.
Cuando la función renal baja por debajo del 50 por ciento ya se están produciendo daños en las arterias y "el problema es que muchas personas llegan a la consulta bastante deterioradas", comentó el doctor Otero.
La situación es "especialmente preocupante" si se tiene en cuenta que estos pacientes "tienen más probabilidades de fallecer por enfermedad cardiovascular que de entrar en un programa de diálisis, y cuando llegan a este punto las tasas de supervivencia diez años después no llegan al diez por ciento", apuntó el jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Juan Canalejo de La Coruña, el doctor Francisco Valdés.
En este sentido, el objetivo de los especialistas es "detectar precozmente" a esas personas y actuar con ellas en prevención primaria modificando hábitos de vida que incidan sobre la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad, para poder revertir el daño provocado en las fases incipientes de la enfermedad ya que, "una vez que la enfermedad renal está avanzada, sólo es posible ralentizarla", dijo el doctor Otero.
Por otra parte, aunque la edad no es "determinante", sí que es "un factor a tener en cuenta" ya que a partir de los 60 años el riñón puede "empezar a funcionar peor", aseveró Valdés. "Se estima que un tercio de las personas mayores de 60 años pierde función renal de forma progresiva, y este deterioro puede ser más intenso si los pacientes reciben medicaciones que pueden ser potencialmente nefrotóxicas o tienen otros factores de riesgo vascular", aseguró el doctor Valdés.