El 11-S sigue causando asma y estrés postraumático

Actualizado: miércoles, 5 agosto 2009 10:49

MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los trabajadores ocupados en el rescate, los residentes y trabajadores de oficinas de la zona del World Trade Center en Nueva York informan de nuevos diagnósticos de asma o estrés postraumático entre cinco y seis años después del ataque terrorista del 11 de septiembre, según un estudio de los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades en Atlanta (Estados Unidos). Los resultados del estudio se publican en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).

Los científicos, dirigidos por Robert M. Brackbill, examinaron la incidencia de dos de los principales problemas de salud que sufrieron estas personas: el asma y los síntomas de estrés postraumático indicativos de un posible trastorno de estrés postraumático (TEPT) entre los 5 y 6 años después del ataque a las torres gemelas en septiembre de 2001.

Los investigadores utilizaron datos del Registro de Salud del World Trade Center puesto en marcha tras los atentados y que sigue a un grupo con una variedad de exposiciones asociadas al suceso y sus repercusiones. La fase 1 del estudio se realizó en 2003-2004 entre 71.437 adultos divididos en cuatro grupos: trabajadores de los sistemas de rescate, residentes, oficinistas y transeúntes; la fase 2 completó con 46.322 participantes esta primera entre 2006 y 2007.

Los autores descubrieron que la incidencia global tras el suceso entre aquellos sin antecedentes de asma fue del 10,2 por ciento. Los trabajadores de rescate fueron los que tuvieron los mayores síntomas de asma seguidos por las personas que paseaban por la zona.

En todos los grupos, la exposición a la gran nube de polvo se asoció con diagnósticos posteriores de asma. El 39 por ciento de todos aquellos participantes que contestaron a los cuestionarios dijeron haber sido diagnosticados con asma después del suceso y también haber estado expuestos a la nube de polvo.

De aquellos adultos sin un diagnóstico de TEPT antes de la fecha de los atentados, el 23,8 por ciento dieron positivo en las pruebas sobre los síntomas del trastorno tanto en la primera como en la segunda fase del estudio. En el seguimiento, la prevalencia de los síntomas aumentaron en todos los grupos y en mayor medida en entre los trabajadores de rescate.

En todos los grupos, los transeúntes tenían el mayor nivel de prevalencia de síntomas de TEPT crónico y los oficinistas tenían la mayor prevalencia de síntomas resueltos mientras que los trabajadores de rescate fueron los que presentaron los síntomas de forma más tardía.

Con independencia de los diagnósticos de salud mental, el 13,6 por ciento de todos los participantes recibieron un diagnóstico de TEPT tras el 11 de septiembre; el 14 por ciento dijeron haber sido diagnosticados con depresión; y el 74, por ciento fueron diagnosticados con ambos trastornos.

La coincidencia de asma y síntomas de TEPT fue común en el seguimiento de estas personas. Entre aquellos que padecieron asma después de los atentados, el 36 por ciento tuvo síntomas de TEPT. Durante el seguimiento, el 19 por ciento de aquellas personas que tenían estos síntomas informó de un nuevo diagnóstico de asma.

Los investigadores señalan que si se aplican los resultados del seguimiento a las aproximadamente 409.000 personas expuestas, se estima que aproximadamente 25.500 adultos han sufrido asma después de los atentados y 61.000 han padecido síntomas indicativos de posible TEPT.

Según concluyen los autores, estos descubrimientos confirman que tras un ataque terrorista los trastornos de salud mental pueden persistir si no se identifican y tratan adecuadamente y que un número importante de personas expuestas pueden desarrollar síntomas de inicio tardío.