MADRID 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 10,4 por ciento de los pacientes hiperfrecuentadores, y que acuden al centro de salud por iniciativa propia más de 18 veces en el mismo año, tienen problemas familiares severos y un 13,6 por ciento presentan alguna disfunción social, según las estimaciones de una experiencia realizada en 13 centros de salud de Barcelona, en el que se han analizado 249 pacientes y de los que más de la mitad se consideran hiperfrecuentadores y un 53,73 por ciento son mujeres con una edad media de 63 años.
Estos datos se han presentado en el 32 Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que estos días se celebra en Bilbao y al que acuden más de 3.000 profesionales de Atención Primaria de toda España.
En España, los hiperfrecuentadores suponen entre un 12 y 24 por ciento de los pacientes y consumen entre un 43 por ciento y un 75 por ciento de las consultas que atiende al año el médico de familia. No obstante, aunque no existe una definición consensuada, en las investigaciones que se define el perfil de este tipo de pacientes se ha identificado como mujeres, amas de casa, de alrededor de 60 años, con un bajo nivel de formación, expuestas a una carga importante de estrés, con trastornos mentales y con enfermedades crónicas.
"Algunos autores incluso identifican a los hiperfrecuentadores como aquellos que pertenecen a 'familias disfuncionales' y que son aquellas que no cumplen con sus funciones de acuerdo a la etapa del ciclo vital en que se encuentran", ha asegurado el trabajador social e investigador principal del estudio, Valentín Calvo.
DISFUNCIONES FAMILIARES
Por otra parte, la investigación ha medido la disfunción familiar a través de un 'test' en el que se reflejaba el apoyo, la cooperación, el desarrollo, la afectividad y la capacidad resolutiva. Y es que, según ha comentado Calvo, la familia tiene que adaptarse a las nuevas situaciones que se originan en cada etapa del ciclo vital familiar y en la transición entre una y otra.
"El desequilibrio funcional se traduce en una pérdida de la capacidad de contención y en la de resolver situaciones, con el consiguiente aumento de la demanda y uso de los servicios sanitarios. Por ejemplo, en una situación cambiante del ciclo vital como es el abandono del hogar del último hijo encontramos un 26,2 por ciento, de la muestra, y a partir de la muerte del cónyuge a un 27,4 por ciento", ha recalcado.
En cuanto al apoyo social, en el estudio se ha encontrado un porcentaje superior de falta de apoyo social percibido en el grupo de hiperfrecuentadores frente a los no hiperfrecuentadores. Asimismo, Calvo ha avisado de que hay indicios de que muchos de los factores psicosociales que afectan a la salud, lo hacen a través de su efecto de ruptura de las redes sociales.
"Las personas que constituyen el apoyo social pueden incitar a realizar una consulta o, por el contrario, a disuadir al paciente de acudir a la consulta, incluso ofreciendo recursos o soluciones alternativas. Las intervenciones de apoyo social y los grupos de autoayuda han reducido significativamente esta utilización", ha recalcado este experto.