Entre un 10% y un 15% de la población de los países desarrollados sufrirá hongos en los pies a lo largo de su vida

Actualizado: miércoles, 8 agosto 2007 15:35

MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los hábitos asociados al verano incrementan el riesgo de contraer una infección por hongos en los pies, un trastorno que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima afectará a entre un 10% y un 15% de la población de los países desarrollados en algún momento de su vida.

En España, según explica Javier Hernández, director del Departamento de Podología de la Universidad Europea de Madrid, la prevalencia se sitúa en un 4%, un dato que está creciendo por el mejor diagnóstico que se hace de este trastorno, como ocurre por ejemplo en niños menores de doce años, población probablemente infradiagnosticada por la gran variabilidad clínica que presentan estas infecciones.

En verano el cloro de las piscinas y el hecho de estar pasando continuamente de un ambiente mojado a otro seco y dejar secar los pies al aire contribuyen a la pérdida de los ácidos grasos de la piel que nos protegen frente a bacterias, hongos y los virus que originan los papilomas, agentes altamente contagiosos que se transmiten con sólo pisar por donde antes lo ha hecho un pie afectado.

Por eso, Javier Hernández recomienda acudir a un podólogo en el momento en que se perciben molestias como descamaciones, enrojecimientos, inflamación o grietas en los pies, lo que permitirá hacer un diagnóstico y dar un tratamiento correcto que acabe con el problema.

Javier Hernández explica que, en estos casos, la automedicación o la visita a la farmacia sin haber pasado antes por el especialista son muy peligrosas porque puede empeorar la patología. "Si ante una inflamación se suministra un corticoide y ésta está provocada por una infección por hongos, aunque el síntoma mejorará, estaremos provocando la proliferación de los agentes infecciosos", explica el experto.

En el caso de las fisuras y grietas, Javier Hernández afirma que si se espera al último momento, se pueden dar tratamientos que alivien momentáneamente, aunque el paciente deberá volver en septiembre para analizar por qué han aparecido. "Muchas veces los trastornos de los pies están originados por razones que no se sospechan, como la forma de andar. Eso puede alterar las uñas, la piel de los dedos, de los talones", explica. Además del cuidado diario y constante, recomienda ir a una revisión al año, igual que se hace con los dientes o los ojos. "Hay que fomentar la salud de los pies, que son los grandes olvidados", concluye Hernández.