¿Ver la televisión nos vuelve tontos?

Televisión, padre, hijo
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Actualizado: viernes, 4 diciembre 2015 10:36

   MADRID, 2 Dic. (INFOSALUS) -

   Ver la televisión tiene consecuencias para nuestra salud. Por muy llamativa que te pueda parecer esta afirmación, lo cierto es que son múltiples los estudios científicos publicados en los últimos años que lo demuestran. Sin embargo, hasta ahora desconocíamos si haber sido 'teleadicto' en la adolescencia nos ha pasado factura en nuestra facultad de aprender, entender, razonar o tomar decisiones.

   Son muchos los estudios que han analizado los perjuicios que genera en la salud física y mental de los niños ver durante horas la televisión, pero no se habían publicado los efectos a largo plazo. Sí sabemos que la dependencia televisiva está asociada con resultados de salud físicos y mentales adversos en niños, como un mayor riesgo de depresión y ansiedad en las adolescentes; además de a una mayor probabilidad de muerte prematura, obesidad o diabetes de adultos.

   Un nuevo estudio nos ha dado la respuesta: mirar mucha televisión y tener un bajo nivel de actividad física cuando se es un adulto joven se asocia con peor función cognitiva 25 años más tarde en la mediana edad, según revela una investigación publicada en la edición digital de 'JAMA Psychiatry'.

   Pocos estudios han investigado, hasta ahora, la asociación entre la actividad física en la edad adulta y la función cognitiva en el futuro. Junto con el aumento de la prevalencia de las actividades sedentarias o según el tiempo que se pasa frente a las pantallas, como la televisión, estas tendencias son motivo de preocupación para las próximas generaciones de jóvenes.

   La doctora Tina D. Hoang, del Instituto del Norte de California para la Investigación y la Educación en el Centro Médico de Asuntos de Veteranos, en San Francisco, Estados Unidos; la doctora Kristine Yaffe, de la Universidad de California, San Francisco, y coautores examinaron los vínculos entre los patrones de visión de la televisión y la actividad física durante 25 años y la función cognitiva en la mediana edad.

   El estudio de 3.247 adultos (de 18 a 30 años) utilizó un cuestionario para evaluar el tiempo que se veía la televisión y la actividad física durante visitas repetidas a lo largo de 25 años. Ver mucho la televisión se definió como más de tres horas al día durante más de dos tercios de las visitas y el ejercicio se midió como unidades basadas en tiempo e intensidad. La función cognitiva se evaluó en el año 25 con tres pruebas que calculan la velocidad de procesamiento, la función ejecutiva y la memoria verbal.

LA RESPUESTA, 25 AÑOS DESPUÉS

   Los participantes que pasaban muchas horas frente al televisor durante 25 años (353 de 3.247 o un 10,9 por ciento) eran más propensos a tener bajo rendimiento cognitivo en algunas de las pruebas. La actividad física de baja durante 25 años en 528 de los 3.247 participantes (16,3 por ciento) se vinculó con un mal desempeño en una de las pruebas.

   Las probabilidades de pobre rendimiento cognitivo eran casi dos veces más altas para los adultos que veían mucho la televisión y tenían baja actividad física en 107 de 3.247 participantes (3,3 por ciento), según los resultados del trabajo. Los autores reconocen algunas limitaciones, como un posible sesgo de selección y que los patrones de actividad física y visión de la televisión fueron informados por los propios participantes.

   "En esta cohorte birracial que siguió durante 25 años, se encontró que los bajos niveles de actividad física y los altos niveles de visión de la televisión cuando se es joven hasta mediados de la edad adulta se asociaron con peor rendimiento cognitivo en la mediana edad. En particular, estos comportamientos se vincularon con menor velocidad de procesamiento y peor función ejecutiva, pero no con la memoria verbal", explican los investigadores.

   "Los participantes con los patrones menos activos de conducta (es decir, tanto baja actividad física como mucho tiempo frente al televisor) fueron los más propensos a tener mala función cognitiva. Los individuos con tanto actividad física baja y alto comportamiento sedentario puede representar un grupo objetivo fundamental", concluye el estudio.