Obesidad
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Actualizado: viernes, 25 noviembre 2016 8:06

   MADRID, 25 Nov. (EUROPA RPESS) -

   Un equipo de científicos del King's College de Londres y el Imperial College de Londres, en Reino Unido, evaluó en ratones una dieta rica en grasas, que contenía un carbohidrato fermentable y una dieta de control, y examinaron el efecto sobre la ingesta de alimentos de aquellos con y sin el receptor FFAR2. Los resultados muestran que los ratones alimentados con la dieta de hidratos de carbono fermentables estaban protegidos contra la obesidad, pero este escudo se perdió cuando el receptor FFAR2 no estaba presente.

   De hecho, aquellos individuos con el receptor mostraron un incremento del 130 por ciento en la hormona intestinal inductora de la saciedad péptido YY, así como un aumento de la densidad de las células que contienen PYY, dando lugar a una mayor sensación de plenitud.

   El autor principal del estudio, Gavin Bewick, del King's College de Londres, explica: "La obesidad es actualmente una de las amenazas más graves a la salud humana, determinadas por antecedentes genéticos, la dieta y el estilo de vida. Sabemos que complementar la dieta con carbohidratos no digeribles reduce el apetito y el aumento de peso corporal, pero en este estudio se demuestra, por primera vez, el papel esencial del receptor FFAR2 en la habilitación de componentes específicos de la dieta para reducir la ingesta de alimentos y proteger contra la obesidad".

   "Con este descubrimiento, podemos comenzar a mirar si podemos utilizar la dieta o medios farmacéuticos para cambiar la composición celular del intestino con el fin de tratar una serie de trastornos", afirma Bewick.

   A ello, el profesor Gary Frost, coautor principal del Departamento de Medicina de Imperial, añade: "Éste es un gran paso adelante en la comprensión de la relación entre la dieta y la regulación del apetito. Hasta hace unos años se pensaba que la fibra dietética era inerte y tenía muy poco efecto en la fisiología, por lo que el hecho de que realmente tiene un gran impacto en las células que ayudan a controlar la regulación del apetito en el colon es increíble".

   "Nuestro desafío ahora es traducir esto en una tecnología que podamos aplicar a los seres humanos. Debemos entender cómo podemos usar el conocimiento y la información adquiridos para desarrollar sistemas de alimentos atractivos para un gran porcentaje de la población", plantea.

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