Conmoción cerebral: bajo estricta vigilancia

Dolor de cabeza, herida, cefalea, cráneo, cerebro, migraña
GETTY/WILDPIXEL
Actualizado: domingo, 7 febrero 2016 7:28

   MADRID, 7 Feb. (INFOSALUS) -

   Cualquier golpe en la cabeza puede dar lugar a una conmoción cerebral. Es destacable en este sentido el peligro que acarrean aquellas manipulaciones que se producen en los bebés y niños muy pequeños cuando se les zarandea como juego, llevando a que la cabeza del pequeño realice giros o movimientos bruscos.

   Según explica a Infosalus el doctor José Manuel Moltó, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la consistencia del cerebro es blanda y está dentro de un baño de líquido sin estar sujeto por ninguna estructura al cráneo. Los movimientos bruscos de vaivén son peligrosos porque ocasionan golpes del cerebro contra el cráneo entre los más pequeños.

   Los golpes en la cabeza que derivan en conmociones leves pueden dar lugar a una pequeña confusión, cefaleas o incluso a hemorragias cerebrales. Para el diagnóstico no existe una prueba definitoria, cualquier prueba de imagen puede detectar la inflamación y la hemorragia.

   En las formas leves de conmoción cerebral hay que establecer un periodo de vigilancia por si se presentan vómitos, somnolencia o cefaleas que son síntomas que requieren de una posterior exploración aunque los más alarmantes son la confusión excesiva, problemas al caminar o en el equilibrio, disminución del nivel de conciencia o vómitos constantes y bruscos.

COMPLICACIONES DE UNA CONMOCIÓN CEREBRAL

   Estos síntomas pueden indicar la existencia de un hematoma subdural que aparece de forma lenta entre las 24 y las 48 horas posteriores, constituye una hemorragia fuera del cerebro en la zona de las meninges y pueden ser la consecuencia de traumas leves.

   Precisamente, cuando se trata de traumatismos leves hay que determinar si existe la necesidad de realizar una prueba de imagen de TAC (tomografía axial computerizada), ya que hay que ser cautos con la radiación a la que debe exponerse al paciente.

   "Hay que ser conscientes de que existen lesiones que no se presentan al inicio de un trauma sino que requieren de un tiempo de evolución para ser detectadas a través de las pruebas de imagen después de que aparezcan los síntomas" apunta el doctor Moltó, especialista del Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy (Alicante).

   Otra consecuencia grave que puede ocasionar una conmoción es el edema cerebral, la acumulación de líquido en el interior de las células del cerebro, y que se puede desarrollar horas después del accidente. Por este motivo, tras un traumatismo cerebral hay que establecer un periodo de vigilancia ante una posible evolución imprevista.

   "En los niños los síntomas son más larvados porque en el caso de los bebés el cráneo no está cerrado, además, un cerebro inmaduro puede dar más sustos que uno adulto. Por eso es importante no zarandear a los niños", apunta el neurólogo, que añade que en los servicios hospitalarios disponen de protocolos y hojas informativas bien definidas para que los pacientes sepan cuándo acudir a urgencias para evaluar de nuevo una posible lesión.

VIGILANCIA Y REPOSO COMO PREVENTIVOS

   El tratamiento puede ser quirúrgico, realizando una intervención para drenar si existe un hematoma, "según su tamaño y extensión hay que drenar con un trépano o dejar que el cuerpo lo reabsorba", indica el doctor Moltó. En otros muchos casos la vigilancia es el único tratamiento, reposar y no hacer ejercicio. Este reposo evita la posibilidad de una segunda contusión con capacidad para agravar la situación del paciente.

   La conmoción cerebral es una lesión muy común entre deportistas, como ocurrió con Fernando Alonso tras el accidente de pretemporada en Montmeló. Se intentó que el piloto de fórmula 1, tras la conmoción cerebral que sufrió, con el reposo disminuyera el riesgo de un segundo impacto y un nuevo golpe, ya que éste sí se podría convertir en una situación grave por una hemorragia.

   "Un cuadro menor por una actividad de riesgo puede agravarse, por ello se recomienda evitar la actividad entre 10 y 15 días o incluso, en según qué casos, hasta 30 días, esto es así porque las estructuras arteriales del cerebro vuelven a la normalidad tras este periodo de tiempo según la intensidad de la conmoción cerebral", comenta el especialista.

MENORES Y DEPORTES DE RIESGO

   En deportes como el fútbol americano, de moda en los últimos años, y el fútbol europeo, se producen traumas leves pero repetidos como los balonazos bruscos. En el caso de los niños es importante que no se practiquen demasiado pronto y que se comiencen a realizar hacia los 12 años. En el caso del fútbol americano hay que utilizar protección con cascos que protegen de los golpes externos, ya que el mejor tratamiento es la prevención.

   Los golpes en la cabeza son muy frecuentes, lo que no lo es tanto es que se produzcan síntomas, en estos casos hay que acudir a urgencias y mantener una vigilancia sobre los síntomas de la persona. Son ocasionados por un objeto en movimiento o porque la cabeza golpea un objeto. Las fisuras craneales son más graves.