Amor para el siglo XXI: 12 pasos para evitar malas experiencias

Amor del siglo XXI, corazón, pareja
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Actualizado: domingo, 15 junio 2014 9:41

MADRID, 15 Jun. (Infosalus/EP) -

   Cuando se habla de amor es fácil pensar en que es un sentimiento inaprensible e incontrolable, sin embargo, existen formas en las que hacerlo tangible y alimentarlo. Hemos aprendido a amar, bien o mal, y es una conducta modificable y que está sólo en nosotros convertir en satisfactoria.

   Según explica a Infosalus Mila Cahue, psicóloga y autora de 'Amor del bueno' (JdeJ Ediciones, 2014), si estamos dispuestos a aprender a amar bien podemos conseguirlo y este objetivo pasa por prevenir el sufrimiento en el amor más que por saber cómo curar las heridas.

   "En el siglo XXI no hay lugar para la infidelidad, los reproches y las exigencias, hay modelos para todas las opciones pero uno tiene que saber dónde quiere estar. La honestidad y el compromiso pasan por uno mismo", afirma Cahue, profesional del Centro de Psicología Álava Reyes.

   Cahue señala que el trasfondo del libro es el amor y que a pesar de que va dirigido al mundo de la pareja muchas de las cuestiones planteadas pueden trasladarse al ámbito de la familia, los hijos y los amigos. "Donde hay amor hay vida y una persona plena y feliz. Amar no significa chantaje, egoísmo o frustración", afirma.

   El hilo conductor del libro de Cahue es el que nos señala que el amor es un sentimiento y amar una conducta y la necesidad de aprender a poner en su contexto cada elemento que interviene en la relación de pareja como creencias personales, exparejas o familia política.

   "Amar es una conducta aprendida y según el modelo que hemos aprendido la desempeñamos. El buen amor aporta bienestar, salud física y emocional y el amor malo puede dar lugar a patologías físicas o psíquicas", señala la autora que afirma que si estamos dispuestos a aprender conseguiremos lo mejor de nuestra relación.

AMAR BIEN EN 12 PASOS

   Mila Cahue expone a Infosalus lo que considera los pasos del camino a seguir para disfrutar del buen amor:

   1. Tener un compromiso de autoconocimiento y sobre la propia felicidad. Es esencial buscar aquello que nos hace felices, los aspectos de compatibilidad con la pareja y conocer nuestras fortalezas y debilidades.

   2. Hay que diferenciar entre amor, enamoramiento y la conducta de amar. El amor es un sentimiento, el enamoramiento la etapa en la que conocemos al otro y la conducta de amar es lo que da lugar, si la practicamos bien, a relaciones positivas y duraderas.

   3. Amar no es dar lo que uno quiere sino saber proporcionar al otro lo que necesita para ser feliz.

   4. Hay que estar atentos a cuándo las relaciones no dan más de sí y no prolongarlas de forma innecesaria. No hay que aferrarse, amar bien significa saber cuándo acabar con una relación. El amor del bueno no tiene que ver con su duración en el tiempo. "Hay que eliminar las ideas románticas, no existen medias naranjas sino buenas compañías, se pueden tener relaciones cortas que dejen un poso positivo y ser agradecido con lo que hemos vivido", señala Cahue.

   5. Amar no es sufrimiento, dolor o inmolación. La psicóloga apunta cómo ha aumentado el maltrato entre las parejas adolescentes. "Estamos llamando amor a conductas que no lo son", señala Cahue.

   6. La clave para que una pareja sea feliz es que ambos se sientan queridos por el otro. El amor unidireccional puede generar culpa en quien lo recibe y frustración en quien lo proporciona.

   7. Proporcionarse a diario caricias que no tengan un objetivo sexual.

   8. Estar atentos a los detalles de amor que tiene la pareja y hacerle ver que lo percibimos y que nos gusta.

   9. Saber eliminar todo lo que impida que el amor cumpla su función de desarrollo, plenitud y satisfacción. Esto incluye a las personas y situaciones tóxicas.

   10. Gestionar correctamente la comunicación y establecer acuerdos satisfactorios para ambas partes.

   11. No dar todo por hecho incluso con el paso de los años y no dejar que el aburrimiento dinamite lo empezado con tanta ilusión.

   12. Tener muy claro que la felicidad en las relaciones no es magia. Depende de nuestra actitud y de lo que sabemos hacer para que finalmente se hagan realidad nuestros deseos.