MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Fiebre alta, disminución de la conciencia y la piel seca y caliente son los principales síntomas del golpe de calor, el cual provoca el fallo de la función de varios órganos internos debido al aumento excesivo de la temperatura dentro del cuerpo, según ha explicado el jefe de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA, César Morcillo.
"La temperatura ideal en nuestro organismo no debe superar los 37 grados. Si se diera la situación de que nuestro cuerpo superase los 40 grados y el organismo fuera incapaz de eliminar este exceso de calor, nuestro sistema nervioso comenzaría a alterarse. Y si nos deshidratamos no podríamos sudar lo suficiente como para enfriar el cuerpo. Esto podría llevarnos a un golpe de calor", ha explicado.
Hay diferentes tipos de golpe de calor. El pasivo, o clásico, se debe a un aumento de la temperatura exterior y afecta a las personas que se exponen a una temperatura alta y un ambiente húmedo, sobre todo, personas mayores con una patología previa, que pierden la sensación de sed y no beben suficiente agua como para rehidratarse.
"Este aumento progresivo de la temperatura del organismo agrava los síntomas de la enfermedad y produce una merma en su condición de salud general", ha explicado el responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto.
Asimismo, el golpe de calor activo, o por ejercicio, afecta sobre todo a las personas que practican deporte o actividad física durante una ola de calor, y se debe a la producción interna de calor que el cuerpo no está acostumbrado a regular que, junto al aumento de la temperatura ambiental, podría conducirles a la hipertermia.
En este sentido, los expertos han avisado de que los niños son especialmente vulnerables a un golpe de calor. "Efectivamente, su sistema respiratorio no se ha desarrollado aún por completo, y favorece la pérdida de líquidos. Al no poder sudar lo suficiente como para enfriar su cuerpo, la temperatura corporal se eleva y puede provocar un golpe de calor. En un bebé esto puede traducirse en síntomas de letargia y pérdida de conciencia. Es decir, el niño puede dar la impresión de estar dormido cuando en realidad está muy grave", ha afirmado el jefe de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA.
CONSEJOS PARA PREVENIR UN GOLPE DE CALOR
Con el objetivo de evitar la aparición de un golpe de calor, los expertos han aconsejado evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y, en general, evitar exposiciones prolongadas o dormir al sol.
En caso de cansancio o mareo, han subrayado la importancia de retirarse a un lugar fresco o ventilado y aflojar la ropa; así como refrescarse con baño o ducha de agua fresca. Pasar tiempo en locales con aire acondicionado, y cubrirse adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol, son otras medidas que lo evitan.
Del mismo modo, los expertos han recomendado consumir abundante agua, líquidos y bebidas isotónicas; llevar ropa ligera que permita la transpiración, el principal mecanismo de refrigeración del cuerpo; y prestar especial atención a los ancianos y niños menores de 3 años.
En caso de golpe de calor, los especialistas han subrayado la importancia de trasladar a la persona afectada a un lugar a la sombra, colocarla en posición tumbada con la espalda recta y las piernas levantadas para favorecer la circulación de la sangre.
Finalmente, han aconsejado humedecer el rostro de la persona que haya sufrido el golpe de calor con una esponja o paño húmedo, pero no darle de beber si se encuentra inconsciente porque podría sufrir un ahogamiento. Si su temperatura no desciende, presenta pulso débil y palidez o se sabe que sufre de enfermedades cardíacas, es necesario acudir inmediatamente al médico.