MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Butantan (Brasil) y del Hospital Infantil de Boston, que forma parte de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos), están probando en humanos nuevas vacunas contra todos los serotipos de la bacteria 'Streptococcus pneumoniae', que causa la neumonía, y que podrían ser más efectivas y baratas.
"Elegimos una estrategia diferente para activar la respuesta inmune. En lugar de atacar los polisacáridos presentes en la cápsula bacteriana, como hacen las vacunas actualmente disponibles, optamos por proteínas comunes a todos los serotipos del microorganismo", explica Luciana Cezar de Cerqueira Leite, una de las responsables de la investigación, que se ha publicado en la revista 'Expert Review of Vaccines'.
La investigación inicial fue dirigida por Cerqueira Leite y apoyada por la Fundación de Investigación de So Paulo (Brasil). Los ensayos clínicos de las fases I y II se llevaron a cabo en África y fueron coordinados en los Estados Unidos por el equipo de Harvard, con el apoyo, entre otros, de la Fundación Bill y Melinda Gates.
"Hemos necesitado más de diez años de investigación para llegar a esta vacuna celular. Primero, investigamos las proteínas que podrían ser utilizadas como objetivos. La idea de desarrollar una vacuna celular se nos ocurrió en el camino. Diseñamos el proceso de producción y cambiamos el adyuvante (un agente usado en conjunto con el antígeno de la vacuna para aumentar la respuesta inmunológica del huésped) así como la vía de administración. Inicialmente, nos propusimos producir una vacuna administrada por vía intranasal, pero luego nos dimos cuenta de que sería más eficiente si se administraba por inyección intramuscular", detalla Leite.
Se estima que existen unos 90 serotipos de 'S. pneumoniae' en todo el mundo. Además de la neumonía, la bacteria causa meningitis, otitis y sinusitis, entre otras enfermedades. Los serotipos se definen sobre la base de la combinación de polisacáridos presentes en la cápsula de los microorganismos. En las vacunas convencionales, esta combinación determina el antígeno que se introducirá en el organismo para estimular la producción de anticuerpos. La vacuna desarrollada por el Instituto Butantan desencadena una respuesta inmunológica independientemente del serotipo bacteriano.
Las vacunas actualmente disponibles son eficaces contra entre diez y trece serotipos. Una versión no conjugada cubre 23 serotipos pero se utiliza principalmente para inmunizar a los adultos, ya que no es eficaz en los niños. Con el paso del tiempo, se hizo posible combinar más cepas, y finalmente se produjeron vacunas de 10 y 13 valentes, "pero hay un problema con esta estrategia": "Cuando se sacan de circulación serotipos específicos, otras cepas (con serotipos diferentes) emergen de forma natural, y las vacunas existentes pierden su eficacia".
Además de ser más completa que las vacunas actuales, la vacuna celular desarrollada por el Instituto Butantan no es vulnerable al problema de la sustitución de serotipos. El precio es otra ventaja, según Cerqueira Leite. "Es difícil decir exactamente cuánto costará la vacuna antes de que sea aprobada y producida, pero estimamos unos dos euros", apunta.
El precio es más bajo en gran parte porque el proceso de producción es menos complejo. "Para hacer la vacuna de 13 valentes, cada uno de los 13 serotipos diferentes tiene que ser cultivado por separado y purificado para obtener los polisacáridos. Además, como se trata de una vacuna conjugada, hay que producir una reacción entre el polisacárido y una proteína portadora. Hay varias etapas. Es un proceso laborioso con varias etapas y lleva casi dos años", argumenta.
Se han completado las fases I y II de los ensayos clínicos, analizando la seguridad y la toxicidad y validando la inmunogenicidad, respectivamente. "Planeamos realizar otro ensayo de fase II en Estados Unidos. Esta es la etapa en la que se compara el tipo de respuesta inmunológica producida en las poblaciones de diferentes países", afirma la experta.
Los ensayos clínicos de fase III involucran a un mayor número de personas y prueban la eficacia de la vacuna comparando un grupo inmunizado con un grupo que recibe un placebo. Todavía no se ha programado un ensayo de fase III para la nueva vacuna. La nueva vacuna puede producirse en aproximadamente dos meses, según Leite.