MADRID, 15 Sep. (Infosalus/EP) -
El término depresión procede del latín 'de' y 'premere' que significa empujar u oprimir hacia abajo. La depresión supone que el cerebro trabaja a bajo rendimiento, como si tuviera una batería a punto de agotarse.
Según explica a Infosalus el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), este bajo rendimiento cerebral afecta a las áreas del pensar, sentir y la conducta que se ven alteradas.
Así, los síntomas se encuentran en estos tres ámbitos, en la esfera de los sentimientos aparece la tristeza y la angustia, en el del pensamiento o cognitivo los problemas de concentración y memoria y en la conducta la falta de motivación y placer en las actividades que antes lo proporcionaban (anhedonia).
El portavoz de la ASEPP señala que los datos oficiales de prevalencia apuntan a que entre el 8 y el 10 por ciento de la población ha sufrido un episodio de depresión mayor, sin embargo, este porcentaje se elevaría hasta entre un 15 y un 20 por ciento si se incluyen otros trastornos depresivos como la distimia, una depresión leve y crónica, o los trastornos depresivos somatizados en los que subyace la depresión.
En cuanto a las características de las personas que padecen el trastorno, López Rodríguez señala que no hay un perfil específico único y que más bien existen tantos tipos de depresión como pacientes e incluso apunta que una misma persona puede sufrir distintas depresiones a lo largo de su vida que difieran entre sí.
Eso sí, el psiquiatra señala que existen personas con una personalidad que predispone a la depresión, es el caso de aquellas que son muy rígidas, autocríticas, que se preocupan en exceso en el día a día, autoexigentes, controladoras y que viven en un estado de tensión continua. Aquellos que muestran una tendencia pesimista o una visión más negativa de la vida también son proclives a la depresión. Para el doctor, sin embargo, cualquier persona puede sufrir una depresión con independencia de su estilo de personalidad.
Aunque López Rodríguez señala que la depresión se puede y se debe curar para lo cual es clave el diagnóstico y la adherencia al tratamiento. En los pacientes existe un 50 por ciento de posibilidades de sufrir una recaída pero este porcentaje puede elevarse si la depresión no se cura como es debido, como sucede en cualquier tipo de enfermedad física, aclara el especialista.
Sobre si existe la depresión coyuntural, López Rodríguez explica que ésta en realidad se denomina trastorno adaptativo de tipo depresivo y es un cuadro depresivo leve que tiende a curar por sí mismo. Es el caso del trastorno depresivo post-vacacional, cuando muere algún ser querido, se pierde el trabajo o se produce la pérdida de una ilusión.
Según señala el doctor, el síntoma típico de la depresión y que debe ser una señal de alarma y un motivo para visitar al médico es la denominada 'anhedonia', un término que hace referencia a la pérdida de la capacidad para experimentar placer con las actividades que antes lo proporcionaban. La tristeza es un síntoma más y su presencia por sí sola no es suficiente para el diagnóstico.
DESCARTAR LAS FALSAS CREENCIAS
En relación a mitos o falsas creencias sobre esta enfermedad, López Martínez apunta a 4 aspectos sobre los que se hace necesario una mayor conciencia social:
1. Es una moda. Absolutamente falso, no es una tendencia social ni una moda, es cierto que ahora existe un mayor número de personas que la sufren y que se diagnostica más. "Es el precio que pagamos por el tipo de vida que llevamos", apunta el psiquiatra.
2. Es común entre las personas débiles. No es un signo de debilidad en ningún caso, las personas que la sufren no son personas más débiles y pueden sufrirla todo tipo de personas: extrovertidos, tímidos, emprendedores, reservados o conservadores sin exclusión de ningún otro rasgo de personalidad.
3. Se cura sola. La depresión es una enfermedad que no tratada puede desaparecer al cabo del tiempo pero que si no se ha tratado vuelve a aparecer. Una depresión puede curarse o controlarse en semanas mientras que dejada sin tratar puede permanecer meses. "Es una enfermedad más que debe tratarse con fármacos o psicoterapia o ambos tratamientos y que requiere del seguimiento de un profesional de la salud", afirma López Martínez.
4. El paciente no pone de su parte. El paciente lo único que puede hacer es pedir ayuda a un especialista y seguir el tratamiento indicado. Es como pedirle a una persona que ha sufrido un ataque cardiaco que se levante y ande, ejemplifica el psiquiatra.
CONVIVIR CON LA DEPRESIÓN
En el ámbito familiar o laboral, la depresión supone una serie de alteraciones que a su vez repercuten en la persona enferma, según López Martínez quienes conviven con la enfermedad deben de ser conscientes de aquello a lo que se enfrentan:
* Desconocimiento de la enfermedad: los más cercanos piensan y comunican al enfermo que tiene que poner de su parte, salir e intentar animarse lo que genera en la persona deprimida sentimientos de culpabilidad, incomprensión y presión de su entorno más próximo.
* Cansancio: las personas más cercanas se cansan de la situación en la que se encuentra el paciente y en muchos casos es la pareja la que peor parada sale de la enfermedad.
* Falta de tolerancia: la actitud de las personas que rodean al paciente cambia hacia una menor tolerancia debido sobre todo al cansancio que genera la convivencia con la persona deprimida.