MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El doctor José María Prieto, jefe de servicio de Neurología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, ha advertido de que la progresión de la eslerosis múltiple (EM) es un aspecto "prevenible", pero que "no está suficientemente estudiado", en el marco de la jornada 'EMprendemos: nuevas perspectivas en la progresión de la EM', impulsada por Novartis y The Valley.
"Sabemos que es un momento evolutivo de una enfermedad en el que predominan los mecanismos degenerativos sobre los inflamatorios y en el que, además, hay una pérdida de la capacidad de reparación", explica.
Asimismo, el especialista ha apuntado que, en relación con su manejo, "hay que tener muy claro que la EM es una enfermedad única, con varios fenotipos clínicos". En este sentido, insiste en que "no hay varias esclerosis múltiples".
En cualquier caso, evitar llegar a ese predominio de los mecanismos degenerativos sobre los inflamatorios se marca como el propósito clave para el neurólogo en el manejo del paciente. "Tratar de evitar llegar a esa situación o cronificarla debe ser el objetivo que nos tenemos que marcar", afirma el doctor Prieto.
Según el experto, en los últimos años, el arsenal terapéutico disponible para el abordaje de la progresión ha permitido aumentar la esperanza de vida de las personas con EM y prolongar unos 12 años su situación funcional. "Esto significa que ya hemos conseguido detener o enlentecer la progresión, por lo que creo que podemos decir que es posible prevenir la progresión", ha determinado.
PEOR CALIDAD DE VIDA DE LOS PACIENTES
Durante la celebración de las conferencias, la doctora Celia Oreja-Guevara, jefa de sección de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, también ha puesto el acento en la importancia de hablar de la progresión de la enfermedad, "porque lleva a la discapacidad de los pacientes y esto conduce a una peor calidad de vida".
"Actualmente, podemos controlar muy bien los brotes y sus consecuencias, pero es muy difícil tratar la progresión". "Sabemos que se produce progresión por las secuelas después de un brote, pero, al mismo tiempo, hay progresión silenciosa independiente de los brotes. Ambos tipos llevan a más discapacidad de los pacientes", ha expresado.
La EM es una enfermedad neurodegenerativa y autoinmune que se caracteriza por recaídas con o sin secuelas residuales y una progresión de la discapacidad independiente de las recaídas. Aunque el 85 por ciento de los pacientes es diagnosticado inicialmente con EM Remitente-Recurrente (EMRR), entre un 30 y un 50 por ciento acaba desarrollando la forma Secundaria Progresiva (EMSP).
Sin embargo, estudios más recientes desde la presencia de tratamientos modificadores de la enfermedad estiman que sería un 18 por ciento de los pacientes.
MECANISMOS TERAPÉUTICOS
Respecto a los mecanismos terapéuticos disponibles, la doctora Oreja-Guevara afirma que "es muy importante desarrollar tratamientos que enlentezcan o paren la progresión de la enfermedad, porque cuando los pacientes progresan y los síntomas empeoran, empiezan a caminar peor y ya no hay marcha atrás".
De forma previa a la detección de la progresión, se hace fundamental informar al paciente sobre la posibilidad de que se desarrolle. Según el doctor Lamberto Landete, jefe de servicio de neurología del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, "es importante informar al paciente sobre la posibilidad de aparición del fenómeno de la progresión".
"En la entrevista, se deben abordar específicamente aquellos aspectos indicativos de la existencia de este fenómeno, como el deterioro de la marcha, la fatiga y el déficit cognitivo-atencional. Será importante la información aportada por los familiares del paciente", expresa.
UNA ENFERMEDAD SINGULAR EN CADA PERSONA
En el transcurso de EMprendemos, los especialistas destacan que la EM de cada persona evoluciona y se comporta de una forma única. "La genética, el medio ambiente en el que vive el paciente, su estilo de vida, las comorbilidades y otras muchas variables hacen que cada persona sea única y que, por tanto, cada enfermedad evolucione de manera diferente. Por supuesto, esto aplica a las formas progresivas de la EM", explica el doctor Prieto.
En términos generales, según el doctor Landete, el paso a la forma Secundaria Progresiva de la EM supone un deterioro progresivo de la situación física, cognitiva y emocional del paciente. En este sentido, el especialista ha detallado que "existen estudios que correlacionan este empeoramiento con una merma de la calidad de vida en general, y específicamente, con aspectos como las relaciones de familia, empleo, ocio, nivel de ingresos".
Para retrasar al máximo ese deterioro, el neurólogo recomienda "mantener unos hábitos de vida saludables, como una dieta mediterránea, reducir la ingesta de sal, evitar el sobrepeso, procurar unos niveles adecuados de vitamina D, no fumar y realizar un ejercicio físico aeróbico regular. Y, desde luego, iniciar precozmente los tratamientos modificadores del curso de la enfermedad".
"Existe suficiente evidencia hoy en día para recomendar fármacos de alta eficacia desde el inicio, especialmente en aquellos pacientes con formas muy activas de enfermedad o con factores relacionados con peor pronóstico a medio y largo plazo", detalla.
En ese plano, el doctor Landete ha recalcado la evidencia de que la detección precoz y la adecuación de las terapias a ese momento evolutivo es "clave" para intentar retrasar dicho empeoramiento. "Hay que tener en cuenta que, para detectar ese momento, deberemos prestar atención no solo al aspecto físico de la enfermedad, sino también a la cognición y a los síntomas", ha finalizado.