MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los virus del herpes permanecen latentes en el organismo y pueden reactivarse en determinadas circunstancias. El virus del herpes del citomegalovirus humano (HCMV) está especialmente extendido y, a pesar de su impacto, no existen medicamentos antivirales ni vacunas eficaces y bien tolerados.
Sin embargo, un equipo de investigadores del Instituto Leibniz de Investigación en Farmacología Molecular y Charité de Berlín (Alemania) ha descubierto ahora muchas cosas sobre la interacción entre el HCMV y sus células huésped, que también podrían ser útiles para el desarrollo de agentes antivirales.
Los virus del herpes son traicioneros: una vez infectado, nunca podrá deshacerse del virus. Esto se debe a que los virus del herpes permanecen latentes en ciertas células huésped del cuerpo durante toda la vida. Casi todos los adultos son portadores, sin saberlo, de al menos uno de los nueve virus diferentes del herpes humano. El virus puede reactivarse debido a la edad, el estrés o un sistema inmunitario debilitado y provocar enfermedades a veces graves.
Los virus del herpes tienen tanto éxito porque se han adaptado bien a los humanos y han desarrollado estrategias eficaces para escapar al sistema inmunitario. Las proteínas que hacen creer a la célula infectada que no está infectada o amenazada desempeñan un papel fundamental en el camuflaje.
Se sabe, por ejemplo, que cada virus herpes posee un potente proteoma, es decir, un gran número de estas proteínas, que, muy adaptado al huésped, le permite replicarse eficazmente inmediatamente después de la infección. El complejo proteoma también garantiza la formación de partículas multicapa en la célula ya infectada.
Estos virus recién formados (también llamados viriones) contienen numerosas proteínas virales, así como proteínas del huésped. En el centro de las partículas se encuentra el ADN vírico, encerrado en una nucleocápside. Alrededor de esta cápside se forma una capa de otras numerosas proteínas denominada tegumento.
LAS PARTÍCULAS INTERVIENEN EN LA REACTIVACIÓN DEL VIRUS
Las partículas son cruciales para que el virus pueda replicarse de nuevo y propagarse sistémicamente en el organismo tras una reactivación desencadenada por cualquier medio. Por tanto, son fundamentales para el brote de la enfermedad, tras un largo periodo de latencia.
Sin embargo, poco se sabe de la organización interna de estas partículas, especialmente de las interacciones proteína-proteína dentro del tegumento.
Por ello, estos investigadores alemanes han estudiado más de cerca las partículas, concretamente las del HCMV. El HCMV se da con especial frecuencia en la población y puede ser realmente peligroso, sobre todo para los receptores de trasplantes y los fetos que se infectan a través de la madre.
A pesar de las intensas investigaciones realizadas, actualmente no existe ningún tratamiento antivírico bien tolerado que pueda controlar eficazmente el virus o incluso eliminarlo. Tampoco existe ninguna vacuna contra este tipo de virus.
UN MAPA MUESTRA QUÉ PROTEÍNAS INTERACTÚAN ENTRE SÍ
En estas investigación, publicada en la revista científica 'Nature Microbiology', los autores han creado por primera vez un mapa detallado de las interacciones espaciales entre las proteínas virales y las de la célula huésped dentro de las partículas del HCMV.
Entre otras cosas, esto reveló que ciertas proteínas de la célula huésped son reclutadas por proteínas víricas y desempeñan un papel en la replicación vírica. Por ejemplo, una proteína vírica llamada UL32 recluta una proteína celular (proteína fosfatasa , PP1) en la partícula para evitar la unión de otras proteínas no deseadas de la célula huésped.
"El propio HCMV no tiene ninguna fosfatasa como la PP1, así que se puede ver que el virus se aprovecha de ciertas proteínas de la célula huésped para replicarse eficazmente", ha explicado el virólogo Boris Bogdanow, uno de los principales responsables de la investigación.
Para estudiar las interacciones entre las distintas proteínas de las partículas intactas de HCMV capa por capa, los investigadores utilizaron una técnica llamada espectrometría de masas de reticulación. "Este método también nos permite sacar conclusiones sobre la identidad de las proteínas. Pero lo especial y único de la reticulación es que podemos ver qué proteínas interactúan entre sí y dónde", ha subrayado Fan Liu, otro de los autores.
Nunca antes se había utilizado esta innovadora tecnología para cartografiar la organización espacial de las interacciones dentro de las partículas herpesvirales. Con los datos así obtenidos, crearon un modelo informático de la partícula del HCMV. El modelo virtual permite simular cada proteína dentro de la partícula y visualizar los procesos biofísicos de forma vívida.