MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
El ejercicio puede contrarrestar los efectos perjudiciales del tratamiento del cáncer, como el daño cardíaco y nervioso y la confusión mental, sugiere una revisión general de los análisis de datos agrupados existentes de la investigación más reciente, publicada por el Hospital Shengjing de la Universidad Médica de China en el 'British Journal of Sports Medicine'.
El ejercicio también parece mejorar el bienestar psicológico y la calidad de vida en general, lo que refuerza su inclusión rutinaria en los protocolos de tratamiento de la enfermedad, aseguran los investigadores.
Varios análisis de datos agrupados de las investigaciones disponibles han evaluado el impacto del ejercicio en los resultados de salud de las personas con cáncer, pero aún existen importantes lagunas en nuestra comprensión, explican los investigadores. No obstante, hasta la fecha, no se ha publicado ninguna evaluación exhaustiva de los resultados de los análisis de datos agrupados existentes sobre el ejercicio y los resultados de salud en personas con una amplia gama de cánceres, añaden.
Para llenar este vacío, con el objetivo de fortalecer la base de evidencia e informar la atención clínica, los investigadores llevaron a cabo una revisión general de los análisis de datos agrupados existentes de resultados de ensayos controlados aleatorios, publicados entre 2012 y julio de 2024. La revisión incluyó 485 asociaciones de 80 artículos, todos evaluados como de calidad moderada a alta.
Entre estas asociaciones, los tipos de ejercicio de cualquier longitud, intensidad y duración incluían ejercicios mente-cuerpo (138, 28,5%), como qigong, tai-chi y yoga; ejercicios aeróbicos y de resistencia (48,10%), entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) (18,4%); y otros tipos (281,59%). Así, estas asociaciones se exploraron en personas con cánceres de mama (244, 50%), sistema digestivo (20,4%), sangre (13, 3%), pulmón (47,10%), próstata (12, 2,5%) y otros (149, 31%).
En total, 260 (54%) asociaciones fueron estadísticamente significativas y 81 (17%) y 152 (31%), respectivamente, fueron respaldadas por evidencia de certeza alta y moderada, según los criterios GRADE, utilizados para evaluar la certeza de la evidencia científica y la fuerza de las recomendaciones en atención médica.
REDUCE DIVERSOS EFECTOS SECUNDARIOS ASOCIADOS CON EL CÁNCER
El ejercicio redujo significativamente diversos efectos secundarios asociados con el cáncer y su tratamiento, en comparación con la atención habitual o la ausencia de ejercicio. Por ejemplo, disminuyó el daño cardíaco y a los nervios periféricos asociado con la quimioterapia, la confusión mental (deterioro cognitivo) y la disnea.
También modificó la composición corporal y los indicadores fisiológicos clave de la salud, como la insulina, el factor de crecimiento similar a la insulina y la proteína C reactiva en personas con cáncer.
Además, mejoró la calidad del sueño, el bienestar psicológico, el funcionamiento normal del cuerpo y la interacción social, a la vez que mejoró la calidad de vida en general. Y hubo evidencia de certeza alta a moderada de que el ejercicio preoperatorio reducía el riesgo de complicaciones posoperatorias, dolor, duración de la hospitalización y riesgo de muerte.
INVESTIGADORES RECONOCEN DIVERSAS LIMITACIONES
Los investigadores reconocen diversas limitaciones en sus hallazgos. Los análisis de datos agrupados incluidos en la revisión difirieron considerablemente, incluyendo el número de estudios en los que se basaron.
Los participantes con cáncer que pudieron hacer ejercicio también podrían haber estado más sanos, sugieren los investigadores. Además, señalan que los efectos secundarios del tratamiento varían según el tipo de cáncer y el grado de avance de la enfermedad.
Pero concluyen: "Incorporar ejercicios mente-cuerpo en las pautas de ejercicio para personas con cáncer podría ser una consideración valiosa. Se necesitan futuras investigaciones de alta calidad para explorar resultados adicionales, aclarar los mecanismos subyacentes y perfeccionar las prescripciones de ejercicio adaptadas al tipo de cáncer, el momento del tratamiento, la modalidad de ejercicio y las características individuales, garantizando intervenciones más precisas y clínicamente relevantes para diversas poblaciones de cáncer".