OVIEDO, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores galardonados con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021, Drew Weissman, Katalin Karikó y Philip Felgner, han coincidido este lunes en afirmar que hasta que la vacunación contra la Covid-19 no se extienda a todo el mundo, la pandemia no se podrá dar por controlada.
Los tres investigadores han sido los primeros premiados en ofrecer una rueda de prensa en esta nueva edición de los Premios, celebrada de manera telemática. Durante su intervención, Drew Weissman --bioquímico especializado en la investigación del ARN mensajero y su aplicación en el desarrollo de vacunas-- ha señalado que la comunidad científica lleva luchando por la igualdad en el acceso a las vacunas "desde hace mucho". "Hasta que no consigamos que todo el mundo se vacune, no acabaremos por controlar esta infección", ha asegurado.
En este sentido ha explicado que, si bien una tercera dosis como la que se está administrando en España "es necesaria" para conseguir un nivel de inmunidad "suficientemente alto" para estar protegidos, no se debe olvidar que el resto del mundo tiene que poner en marcha "ya" el programa vacunal.
Por su parte Felgner --bioquímico cuyas investigaciones han llevado al desarrollo de vacunas de ADN-- ha apuntado a "factores políticos" que impiden que la vacunación se extienda a todo el mundo, y ha remarcado que el problema de que las vacunas no lleguen a todos los países no es una cuestión de su fabricación, sino que está relacionado con la política de distribución.
Finalmente, Karikó --también bioquímica, especializada en el estudio de las posibilidades terapéuticas del ARN--, ha explicado que uno de los motivos de que todavía no haya llegado la vacunación a todo el mundo es que "la fabricación ha llevado su tiempo" "Estoy segura de que ya se ha cogido el ritmo y cada vez va a haber más disponibles", ha dicho, esperando que llegue el momento de que sea "accesible para todos". "Espero que cuando tengamos la oportunidad de luchar contra otras enfermedades, estemos más preparados", ha dicho.
Los tres investigadores comparten la distinción con sus colegas Ugur Sahin, zlem Türeci, Derric Rossi, y Sarah Gilbert, todos ellos galardonados por haber contribuido con sus investigaciones al desarrollo de las distintas vacunas contra el coronavirus.
LOS PREMIADOS
Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Ugur Sahin, zlem Türeci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert, de forma independiente, han contribuido al desarrollo de alguna de las vacunas aprobadas hasta la fecha, todas ellas basadas en diferentes estrategias, que tienen la proteína S como blanco común.
Esta es una proteína presente en la superficie del virus que facilita su unión y entrada a las células. Philip Felgner es pionero en la utilización de microarrays de proteínas para entender de forma detallada cómo responde el sistema inmunitario a diferentes microorganismos infecciosos e identificar los mejores antígenos para usar en las vacunas y en pruebas diagnósticas. Además, en 1985 descubrió y desarrolló la tecnología de lipofección, estrategia que consiste en la introducción de material genético en un liposoma para que pueda ser transportado e introducirse en las células.
Esta tecnología está presente en las nanopartículas lipídicas que sirven como vehículo de administración de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) frente a la COVID-19.
Por otra parte, Katalin Karikó, pionera en el estudio de las posibilidades terapéuticas de esta molécula, es considerada la madre de este tipo de vacunas. Junto al inmunólogo Drew Weissman, comenzó a trabajar en las vacunas basadas en ARNm y vieron que esta molécula provocaba fuertes reacciones inflamatorias porque el sistema inmunitario la detectaba como intrusa. Ambos lograron introducir pequeños cambios en la estructura del ARN para que estas reacciones no tuvieran lugar.
Este avance sentó las bases para el uso de terapias de ARN y sus resultados sirvieron a Ugur Sahin y zlem Türeci (BioNTech) y Derrick Rossi (Moderna) para el desarrollo de las vacunas basadas en ARNm que actualmente han sido aprobadas contra la COVID-19 y cuyo uso se puede extender a diferentes áreas de la medicina como el cáncer, las enfermedades autoinmunitarias o la regeneración de tejidos.
Finalmente, la vacunóloga Sarah Gilbert ha sido otra de las personas que han trabajado para conseguir una vacuna frente al SARS-CoV-2. Su vacuna, otra de las aprobadas por las autoridades europeas hasta ahora (Oxford/AstraZeneca) está basada en un adenovirus que se utiliza como vector para introducir en las células el ADN que codifica la proteína S, estimulando así la respuesta inmunitaria.