MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
El confinamiento ha incrementado el consumo de yogur en un 18 por ciento, lo cual para el doctor en Nutrición y Metabolismo por la Universitat Rovira y Virgili, Guillermo Mena Sánchez, es una buena noticia si se tiene en cuenta que se trata de un alimento que en muy poca cantidad otorga al consumidor una elevada densidad de micronutrientes implicados en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, "clave en los tiempos que corren".
El yogur es conocido por su elevado contenido en calcio de fácil absorción, "pero en el actual estado de alarma sanitaria en el que estamos es importante destacarlo por su contenido en vitaminas del grupo B, como la B2, la B3 o la B12, vitamina A y en menor cantidad la D, la K y E junto a minerales como el fósforo, el magnesio, el zinc y el iodo", además, continúa en una entrevista a Europa Press, "contiene una elevada cantidad de proteínas de alto valor biológico, principalmente proteínas de lactosuero entre otras como albúmina sérica, proteasas y metaloproteínas".
Durante los últimos años, las proteínas que forma parte del yogur han sido de gran interés científico por sus potenciales propiedades inmunomoduladoras, hipolimpemiantes y de control de los niveles de tensión arterial y acumulación de grasa a nivel central. Además, el yogur contiene diferentes bacterias que lo hacen único.
El experto se refiere al 'Lactobacillus bulgaricus y la 'Streptococcus thermophilus', dos bacterias ampliamente estudiadas y de mayor interés en la comunidad científica, ya que "este tipo de bacterias a través de un alimento como es el yogur ya ha sugerido una relación protectora frente a enfermedades crónicas, inflamatorias, víricas e inmunológicas". Además, se han relacionado con un aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta y una reducción de la absorción de grasa pudiendo así modular los niveles de colesterol plasmático del consumidor.
Más allá del valor nutricional del yogur, su consumo se ha asociado con diferentes beneficios para la salud cardiometabólica. En este sentido, enuncia Mena, "el consumo de yogur se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, un menor perímetro de la cintura y también algunos tipos de cáncer como el de colon".
UN ALIADO DE LA DIETA
Actualmente el consumo de lácteos en las diferentes guías alimentarias a nivel internacional está entorno a las 2-3 raciones al día. En España el consumo diario se estima que debe estar entorno a las 3 raciones al día. Sin embargo, entre los lácteos que se consumen no destaca el yogur, más asociado al consumo infantil por su elevado contenido en calcio de fácil absorción, que por sus beneficios para toda la población.
Extendida la creencia de que el consumo de lácteos enteros engordan, lo cierto es que el yogur puede ser un aliado a la hora de controlar la dieta. El nutricionista recuerda que la clave se encuentra en la cantidad y el tipo de grasa incluida en la dieta cuando hablamos de lácteos. Por ejemplo, señala, "no todas las grasas saturadas ejercen el mismo efecto sobre la salud del consumidor. La grasa saturada de los productos cárnicos procesados o bien de la carne roja se ha relacionado de forma directa con un incremento de la incidencia de enfermedades cardiovasculares, obesidad o bien diabetes mellitus tipo 2".
En cambio, continúa Mena, "la grasa de los productos lácteos, específicamente la del yogur, a pesar de ser también mayoritariamente saturada o bien no se ha relacionado con este tipo de enfermedades o bien se relaciona con una menor incidencia. Es cierto que aún no está establecida una relación de causalidad, y que para ello hacen falta ensayos clínicos correctamente diseñados". No obstante, las últimas evidencias científicas epidemiológicas y metaanálisis de los mismos, todos siguen la misma línea y cada vez son más las Guías Alimentarias que están añadiendo el yogur natural como una opción saludable además del desnatado.
Cuando se habla de disminuir el consumo de grasa en la población por su relación con las enfermedades cardiovasculares, no podemos referirnos a las grasas del yogur, ya que "las evidencias científicas más recientes entorno al consumo de lácteos, específicamente de yogur, demuestran que, en comparación a otras grasas de origen animal, como la de la carne, las del yogur o bien no se asocian con este tipo de enfermedades o bien podrían reducir el riesgo de padecerlas".
Naturalmente, "el yogur por sí solo, no solo es un alimento recomendable a nivel poblacional para consumo diario", sin embargo, para el experto "debería ser el lácteo más destacado por su composición y digestibilidad en la situación de alarma sanitaria actual".
El experto recomienda incluirlo en la compra diaria porque es un producto cuyo coste no es muy elevado y tiene un gran aporte nutricional. Además, destaca que en el mercado cada vez son más los yogures que incluyen más cantidad de proteína y fruta, o menos edulcorantes artificiales, aditivos y azúcares añadidos.