MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha revelado que la exposición solar aumenta el apetito en los hombres, pero no en las mujeres.
El trabajo, realizado en modelos de laboratorio y publicado en la revista científica 'Nature Metabolism', desvela las diferencias entre machos y hembras en la activación del mecanismo metabólico.
Los investigadores explican que en los machos, tanto de las especies animales como de los humanos, la exposición al sol activa una proteína llamada p53, con el fin de reparar cualquier daño en el ADN de la piel que pueda haber sido causado por la exposición.
La activación de la p53 indica al cuerpo que produzca una hormona llamada grelina, que estimula el apetito. En las mujeres, la hormona estrógeno bloquea la interacción entre la p53 y la grelina y, por tanto, no cataliza las ganas de comer tras la exposición al sol.
El estudio se basó en datos epidemiológicos recogidos en una encuesta de un año de duración sobre los hábitos alimentarios de unos 3.000 israelíes de ambos sexos, incluidos los autoinformes de estudiantes que habían pasado tiempo al sol, combinados con los resultados de un estudio genético en un modelo de laboratorio. Los resultados identifican la piel como un regulador primario de la energía y el apetito (metabolismo) tanto en modelos de laboratorio como en humanos.
Los investigadores explican que existe una gran diferencia metabólica entre hombres y mujeres, que afecta tanto a su salud como a su comportamiento. Sin embargo, hasta ahora no se había establecido si los dos sexos responden de forma diferente a los desencadenantes ambientales, como la exposición a la radiación UV del sol.
"Examinamos las diferencias entre hombres y mujeres tras la exposición al sol y descubrimos que los hombres comen más que las mujeres porque su apetito ha aumentado. Nuestro estudio fue el primer estudio médico dependiente del género que se ha realizado sobre la exposición a los rayos UV y, por primera vez, se descifró la conexión molecular entre la exposición a los rayos UV y el apetito. Los estudios médicos dependientes del género son especialmente complejos, ya que se necesita el doble de participantes para encontrar diferencias estadísticamente significativas", detalla la líder del estudio, Carmit Levy.
La proteína p53, que se encuentra en la piel, repara los daños en el ADN causados por la exposición al sol, pero hace algo más que eso. "Señala a nuestro cuerpo que el invierno ha terminado y que estamos expuestos al sol, posiblemente como preparación para la temporada de apareamiento. Nuestros resultados proporcionan una base alentadora para seguir investigando, tanto en el metabolismo humano como en posibles terapias basadas en la radiación UV para enfermedades metabólicas y trastornos del apetito", remacha la investigadora.