MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
Existe una mayor prevalencia de intimidación en niños alérgicos a alimentos, en comparación con la población general, de hecho más de un 30 por ciento de los niños y adolescentes han denunciado haber sido acosados en algún momento debido a este problema, según se desprende de un estudio, publicado en 'Journal of Paediatrics and Child Health', del que se hace eco la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
Ante la vuelta al cole, la SEICAP reclama más seguridad para estos menores, no solo por el riesgo de reacciones anafilácticas en el entorno escolar, sino por las mayores posibilidades que tienen de sufrir intimidaciones, aislamiento y rechazo.
Entre un 4 y un 8% de la población en edad escolar española tiene alergia alimentaria, cifras que van en aumento, según datos de SEICAP. "Estos niños sufren un fuerte impacto en su calidad de vida como consecuencia de las dietas de eliminación que han de seguir, que les genera estrés y ansiedad por evitar una ingesta accidental, pero también les conduce al aislamiento social y al rechazo", indica el doctor Luis Echeverría, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Alimentaria de la SEICAP.
Se trata de menores que "asisten a las fiestas con mucha precaución, comen diferentes cosas que el resto dentro del comedor o no pueden llevarse determinados tentempiés para la hora del recreo. Esto lo conocen los demás y suelen utilizarlo en su contra, lo que puede convertirse en algo muy serio si desde el colegio no se interviene, pues puede haber riesgo de anafilaxia grave", advierte.
El estudio, que fue realizado en Norteamérica, Canadá, Italia y Japón, indica que las formas de intimidación a los compañeros con alergia alimentaria suelen consistir en bromas, en tocarles con el alimento al que son alérgicos o contaminar su comida de forma intencionada con el mismo.
"Es fundamental que desde la escuela se trabaje en medidas de prevención y educación que garanticen un entorno seguro para todos los niños y, en especial, para los que tienen alergia alimentaria puesto que en estos casos una broma pesada o una humillación puede acabar en desgracia", asegura el doctor Echeverría.
Por otro lado, el estudio observa que los niños y adolescentes alérgicos a alimentos pueden estar en mayor riesgo de dificultades socioemocionales y de desarrollo, más aislamiento social y sentimientos de depresión o ansiedad. "Suelen tener vergüenza, se sienten diferentes a todos los demás y excluidos debido a sus alergia alimentarias", comenta el doctor Antonio Martínez Gimeno, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia en el Adolescente de la SEICAP.
Los adolescentes con alergia a los alimentos suelen reconocer que el aislamiento social es lo más preocupante de su enfermedad. "Suelen sentirse diferentes, culpables por estropear fiestas por ejemplo y un estorbo, piensan que causan molestias o problemas al resto y perciben desconocimiento de los demás con respecto a su problema", afirma.