MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación del 'King's College London' y la 'University College London' (UCL), en Reino Unido, desafía la idea de que el peso de un niño refleja en gran medida la forma en que sus padres les alimentan. En cambio, los padres parecen adoptar estilos de alimentación en respuesta al peso corporal natural de sus hijos, que en gran parte está influenciado genéticamente.
Con la obesidad infantil en niveles críticos, los científicos están buscando factores ambientales que podrían explicar por qué más niños están desarrollando sobrepeso. Se cree que la forma en que un padre alimenta a su hijo es un fuerte agente formador del comportamiento alimentario de sus hijos.
En concreto, se piensa que la restricción rígida provoca aumento de peso porque los niños comen en exceso cuando la restricción ya no existe (un comportamiento llamado efecto de la "fruta prohibida"). Por otra parte, se cree que presionar a un niño para que se termine toda la comida que tiene en el plato provoca ansiedad en los niños con poco apetito y pone en peligro el aumento de peso.
En un estudio publicado en 'PLOS Genetics', los investigadores analizaron la relación entre la predisposición genética de un niño hacia un peso mayor o menor y las prácticas de alimentación de sus padres. Está bien establecido que el peso corporal tiene una base genética sólida, con hasta el 80 por ciento de las diferencias entre las personas debido a factores genéticos.
La autora principal, Saskia Selzam, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del 'King's College London', dice: "Encontramos que los padres cuyos hijos estaban genéticamente predispuestos a tener un peso más bajo, les presionaban más para que comieran, y aquellos padres cuyos hijos estaban genéticamente predispuestos a tener un peso mayor fueron más restrictivos sobre cuánto y qué se les permitía comer".
"Nuestros hallazgos sugieren que los padres desarrollan sus prácticas de alimentación en respuesta a la tendencia natural de sus hijos hacia un peso mayor o menor. La forma en que un padre alimenta a su hijo también puede influir hasta cierto punto en el peso de su hijo, pero nuestros resultados desafían la opinión predominante de que el comportamiento de los padres es la mayor influencia en el peso de la infancia", añade.
GENES QUE AFECTAN AL PESO TAMBIÉN INFLUYEN EN EL COMPORTAMIENTO PATERNO
El estudio incluyó datos de aproximadamente 4.500 pares de gemelos que nacieron en Inglaterra y Gales entre 1994 y 1996 del 'Estudio de Desarrollo Temprano de los Gemelos', que está financiado por el Consejo de Investigación Médica. Al comparar pares de gemelos, los autores encontraron que muchos de los genes que influyen en las diferencias individuales en el peso de los niños también influyen en el comportamiento de alimentación de los padres, por lo que los genes vinculados a un mayor peso se asociaron a prácticas de alimentación restrictivas, mientras que los genes relacionados con un menor peso se ligaron a prácticas de presión en la alimentación.
También se calcularon las puntuaciones genéticas individuales que reflejaban la predisposición de cada niño a un mayor o menor peso en función de las diferencias de ADN asociadas con el peso corporal. Estas puntuaciones "poligénicas" estaban relacionadas con el estilo de alimentación de los padres y la asociación se mantuvo sin cambios después de tener en cuenta los factores genéticos y ambientales que se comparten dentro de una familia.
Incluso, dentro de las familias donde los gemelos no idénticos diferían en su predisposición genética, los padres eran más restrictivos con el gemelo que tenía una tendencia a un peso más elevado y se presionaba más al gemelo que tenía una tendencia a registrar un peso más bajo.