MADRID, 8 Jul. (EDIZIONES) -
Los españoles tiraron a la basura 1.229 millones de kilos de alimentos en condiciones de ser consumidos durante el período comprendido entre enero de 2017 y diciembre de 2017, según revela el Informe del consumo de alimentación en España 2017, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta cifra significa que se desecharon 23,6 millones de kilos de alimentos semanales.
Además, el 87,5 por ciento del total de alimentos tirados a la basura se corresponde con alimentos (sin procesar) desperdiciados por los hogares tal cual los compraron. Frutas, verduras, hortalizas y pan son los alimentos más desperdiciados.
"Es un desastre, de verdad", lamenta el presidente del comité científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), el doctor Javier Aranceta, que recuerda a Infosalus que el modelo de la dieta mediterránea "es de subsistencia y de resistencia a la adversidad".
De hecho, una base importante de la dieta mediterránea es la cocina de aprovechamiento y reciclaje. Sólo hay que pensar en "canelones, croquetas, migas, sopa o purés. Todo esto son los restos que tenían nuestros antepasados que lo reciclaban en formatos que igual eran más atractivos o más sabrosos que los originales", especifica el doctor Aranceta.
El experto parte de la base de que todo se puede aprovechar, y de que muchas cosas de las que habitualmente se tiran, como hojas de hortalizas, tienen en realidad un gran valor nutricional. "Todas esas partes externas son las que han estado expuestas al sol y al aire y muchas veces son las que tienen mayor contenido vitamínico", apunta el experto.
Por lo tanto, "lo que hay que desechar sería lo deteriorado; todo lo que esté podrido o feo lo quitamos, pero hay muchas cosas que se pueden utilizar", indica el también profesor de Nutrición Comunitaria de la Universidad de Navarra.
Para aprovechar lo que sobra de una comida o partes de alimentos concretas, el doctor Aranceta destaca "la cadena de frío" como lo más importante. "Lo que sobra en el plato hay que tirarlo, pero lo que sobra en los pucheros o las cazuelas, lo que hay que hacer lo más rápido posible es pasarlo a cadena de frío, en refrigerador o congelador", apunta el experto. Una conservación al aire libre haría que los alimentos se contaminaran y podría ponerse en peligro la salud de los comensales.
Además, el doctor Aranceta recomienda que los platos que se preparen con lo que se pretende aprovechar sean en caliente. "Es la manera más segura de evitar que haya contaminación microbiana", asegura el presidente del comité científico de la SENC, que también menciona salsas o sofritos como recetas de aprovechamiento de diversos alimentos.
La clave para evitar el despilfarro es poner atención a la hora de hacer la compra. Según el experto, hay que mirar lo que se tiene en la despensa, lo que se va a caducar y nunca ir a comprar sin lista de la compra, "porque igual compra lo que no necesita o lo que ya tiene", insiste el doctor Aranceta, que aconseja, asimismo, comprar la cantidad de alimentos que se vayan a consumir.
"La cocina saludable, la cocina responsable, sostenible, lleva tiempo. Hay que dedicarle más tiempo a comprar, cocinar y reutilizar porque verdaderamente es muy fácil comprar comida ultraprocesada, pero es más cara, menos saludable y menos sostenible", afirma el doctor Aranceta. "Más tiempo dedicado a la cocina, menos tiempo dedicado a esperar en el ambulatorio; uno puede elegir lo que le parezca oportuno", apunta el experto.
LO QUE SÍ HAY QUE TIRAR
El doctor Aranceta reserva un hueco especial para tratar el asunto del correcto reciclaje de los alimentos que sí hay que tirar. "En España hay contenedores de compostaje que pretenden que todo lo que sea orgánico, como la lechuga, la piel de tomate o de zanahorias sea introducido ahí", explica.
Con todo ello se hacen abonos naturales, lo que el doctor considera "muy interesante". "Todo esto en un futuro llegará a lo que se llama residuo cero: al final todo tiene que entrar en lo que se llama economía circular y que al final todo lo que se produce se consuma o se reutilice: ésta es la manera de ser responsable con el futuro", concluye el experto.