MADRID, 28 Abr. (EDIZIONEZ) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir el consumo de azúcares libres a lo largo de la vida. Tanto para los adultos como para los niños, el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total, siendo lo óptimo el que no supere el 5% de las mismas.
En concreto, esta institución indica que los azúcares libres se diferencian de los azúcares intrínsecos en que estos últimos se encuentran en las frutas y en las verduras enteras frescas. "Como no hay pruebas de que el consumo de azúcares intrínsecos tenga efectos adversos para la salud, las recomendaciones de esta directriz no se aplican al consumo de los azúcares intrínsecos presentes en las frutas y en las verduras enteras frescas", remarca la organización médica más importante a nivel internacional.
Así, hay que reducir cualquier tipo de azúcar añadido a los alimentos y demás productos durante su proceso de fabricación o de cocinado, independientemente de si es azúcar blanco, azúcar moreno, panela, o jarabe de glucosa, por ejemplo. "Todos los azúcares presentes de forma natural en la miel, en los siropes, y en los zumos industriales o naturales, aunque tengan azúcares añadidos, también hay que eliminarlos", matiza.
Las recomendaciones para reducir la ingesta de azúcares libres a lo largo del ciclo de vida se basan en el análisis de los últimos datos científicos, según indica la OMS, que muestran, en primer lugar, que los adultos que consumen menos azúcares tienen menor peso corporal y, en segundo lugar, que el aumento de la cantidad de azúcares en la dieta va asociado a un aumento comparable del peso.
"Además, las investigaciones evidencian que los niños con los niveles más altos de consumo de bebidas azucaradas tienen más probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad, que aquellos con un bajo nivel de consumo de este tipo de bebidas. La recomendación se apoya además en datos que evidencian que un consumo de azúcares libres superior al 10% de la ingesta calórica total produce tasas más elevadas de caries dental que un consumo inferior al 10% de la ingesta calórica total", asegura la OMS.
Así, la dietista-nutricionista Virginia Gómez, más conocida como 'Dietista Enfurecida' aborda en su nuevo libro 'Claves sobre alimentación para que no te dejes engañar' (Zenith) los tres principales mitos que rondan en torno al consumo de azúcar y que nos cuenta en una entrevista con Infosalus.
El primero de ellos es que no debemos ingerir fruta después de comer porque fermenta y engorda. Algo para nada cierto, claro. Esta experta en Nutrición lamenta precisamente que uno de los principales problemas de alimentación que tenemos en los países occidentales es el bajo consumo de frutas y de verduras. "Si a este problema le sumamos la multitud de leyendas urbanas alrededor de un alimento tan básico, beneficioso e imprescindible como la fruta, el tema se agrava", remarca.
Según asegura, la fruta, como cualquier otro alimento, fermenta en nuestro intestino, algo que sí es beneficioso para nuestra microbiota y además no engorda. De hecho, destaca que a cualquier dietista-nutricionista que se le pregunte afirmará contundentemente que el mejor postre será siempre una pieza de fruta. No obstante recuerda: "A tu cuerpo le da un poco igual si tomas la fruta antes o después de comer, piensa que al estómago le lleva un poco de tiempo vaciarse, así que lo mismo nos da. Incluso si te cuesta comer fruta quizás sea una buena estrategia el comértela antes, así, si te dejas algo, que sea un cuarto de kilo de macarrones y no la fruta de postre porque engorda".
En segundo lugar, se encontraría el mito de que se debe comer azúcar porque representa la principal energía del cerebro. Según precisa la especialista en nutrición esto es cierto pero en parte.
"El combustible principal de las células del cuerpo es la glucosa, un azúcar simple. Ahora bien, esta cantidad diaria de glucosa que necesita, por ejemplo, el cerebro, no es gran cosa. No necesitamos más azúcar en el café por eso. Además, el cuerpo tiene distintas maneras de obtener este combustible, por lo que generalmente no nos faltará", matiza.
Asimismo, rechaza la idea de que los edulcorantes naturales son la forma más sana de endulzar nuestros platos o bebidas. Según asegura, el objetivo no es que sustituyas el azúcar por cualquier otro edulcorante, sino que el objetivo debe ser reducir poco a poco la utilización tanto de azúcar como de edulcorantes, hasta acostumbrarse al sabor natural de los alimentos.
La 'dietista enfurecida' destaca que la palabra 'natural' no implica que podamos consumir esos edulcorantes "a cascoporro" y sin mirar cantidades. "Lo mejor sería reducir su consumo al máximo posible. Abusar de edulcorantes tampoco es bueno, por más naturales que sean", insiste la experta en Nutrición.
Así con todo, Virginia Gómez considera también que tomar sacarina "no es mejor ni peor" que tomar Stevia o que tomar azúcar o el edulcorante que sea, excepto en personas diabéticas que deban medir el azúcar. "Podemos escoger el edulcorante que prefiramos, pero el consejo siempre será ir reduciendo la cantidad del edulcorante escogido hasta no necesitarlo y acostumbrarnos al sabor natural de los alimentos", sentencia.