MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
Hasta 1,8 millones de personas fallecen al año en el mundo por una patología cardiovascular atribuible al bajo consumo de frutas, y un millón más por no comer vegetales y hortalizas; mientras que en España la cifra total de fallecimientos por no seguir una dieta adecuada es de 44.000 personas al año, recuerda la Fundación Española del Corazón (FEC), que se hace eco de los resultados de un estudio publicado en el 'European Journal of Epidemiology'.
"Es importante considerar el conjunto de la alimentación: los alimentos, los ingredientes, la forma de preparación y el estilo de consumo. También los espacios de actividad física diaria y otras actividades gratificantes, además de la convivialidad y el sentido vital positivo", señala el doctor Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y miembro del Comité de Nutrición de la FEC.
Para conseguir una buena alimentación, el momento de la compra es también clave para lograr mantener una alimentación saludable. Y en este sentido, resulta especialmente importante saber leer adecuadamente el etiquetado de los productos, interpretando correctamente lo que significa esa información. "En la etiqueta debemos buscar dos informaciones importantes: la primera es la composición del producto; es decir, de qué está hecho", explica la doctora Marisa Calle, profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Complutense de Madrid y también integrante del Comité de Nutrición de la FEC.
"Los ingredientes se presentan en orden decreciente, siendo el primer ingrediente el más abundante. La segunda información que encontramos es la composición nutricional; esto es la cantidad de calorías, grasas, hidratos de carbono, proteína, fibra y sal que contiene ese producto y que se presenta en cantidades por 100 gramos por 100 mililitros", añade.
A la hora de elegir, cuanto menos azúcar, menos grasa saturada y más grasa monoinsaturada o poliinsaturada tenga el alimento, más saludable se considera, pero también hay que fijarse en que tenga poca sal y que contenga fibra. Hay que buscar que tenga poca grasa saturada (ideal menos de 0,5 gramos por cada 100 gramos de producto o menos del 10% de las calorías totales); poco azúcar (ideal menos de 5 gramos por cada 100 gramos de producto); poca sal o sodio (ideal menos de 0,3 gramos de sal o 0,12 de sodio por cada 100 gramos de producto); y bastante fibra (ideal más de 3 gramos por cada 100 gramos de producto).
Con el objetivo de servir de orientación a la población sana a elegir aquellos productos alimenticios con mejor perfil nutricional para disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la FEC cuenta con su propio Programa de Alimentación y Salud (PASFEC).
"Dado que hoy día es prácticamente imposible evitar el consumo de productos procesados, con el PASFEC se pretende informar a los consumidores para que puedan elegir aquellos productos que tienen mejor composición y cuyo análisis nutricional es el más adecuado comparativamente con los demás productos de esa gama de alimentos", detalla la doctora Calle.
La experta añade que, "desde la óptica de la prevención de la enfermedad cardiovascular, la dieta mediterránea se ha mostrado preventiva de la hipertensión arterial, mantiene niveles adecuados de colesterol en sangre y disminuye la inflamación de las células de los vasos sanguíneos. Es la única dieta en la actualidad de la que hay evidencia científica de sus beneficios".
En esta línea, Aranceta defiende la necesidad de "poner en valor productos nacionales de temporada, los platos tradicionales y una mayor presencia de frutas, verduras y hortalizas de temporada y de proximidad en nuestra alimentación". Por el contrario, hay que evitar o disminuir el consumo de productos ultraprocesados y de aquellos que tienen alto aporte de azúcares, sal y grasas poco saludables.