MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
El 21,8 por ciento de los profesionales de la salud reconoce que no ha oído hablar nunca del concepto de alimentación o dieta sostenible, según la 'Encuesta de Sostenibilidad: conocimiento, hábitos y grado de conciencia', presentada en el II Simposio Alimentación, Salud y Sostenibilidad, organizada por el Instituto Danone.
El objetivo de este trabajo, presentado por la investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Ujué Fresán, es conocer la actitud de los profesionales sanitarios ante el impacto social y medioambiental de la dieta y la alimentación de la población.
Además, según el estudio, un 72 por ciento de los encuestados deberían recibir información sobre el impacto medioambiental de los alimentos y la dieta para trasladar hábitos correctos a sus usuarios y pacientes.
Además, la mayoría considera relevante tener en cuenta factores de impacto social relacionados con la producción de los alimentos a la hora de realizar recomendaciones dietéticas para la prevención de la enfermedad.
Carlos Gonzalez Svatetz, investigador emérito en el Institut Catal d'Oncologia de Barcelona, ha destacado las "graves y contradictorias" consecuencias del sistema alimentario actual, que a nivel mundial genera, por un lado, 800 millones de habitantes con desnutrición, mientras que existen unos 1.900 millones con obesidad y sobrepeso.
El experto ha alertado de que "la alimentación basada en un predominio de alimentos de origen animal y déficit de alimentos de origen vegetal es una de las principales causas de las enfermedades crónicas que, a la vez, son una de las causas del deterioro ambiental y el cambio climático".
Respecto a los sistemas alimentarios y pérdida de biodiversidad, Helen Harwart, investigadora en Chatham House Food y colaboradora de política climática en la Universidad de Harward, reclama que la reforma del sistema alimentario actual pase por promover dietas más basadas en plantas, debido al impacto desproporcionado de la cría de animales en la biodiversidad, el uso de la tierra y el medio ambiente.
Sobre las instituciones como palanca de cambio, Maria José Yusta, jefa de servicio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, ha explicado las iniciativas que se están llevando a cabo en España, como es el caso de la estrategia "de la granja a la mesa" para un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.
Algunas de las medidas propuestas en este plan de acción son el fomento de reformulación (incluida la fijación de niveles máximos para determinados nutrientes); el establecimiento de criterios nutricionales para restringir la promoción de alimentos con alto contenido en sal, azúcares o grasas; establecer criterios mínimos obligatorios para la adquisición de alimentos en escuelas e instituciones públicas para promover dietas saludables y sostenibles; y participación en el desarrollo de un etiquetado obligatorio armonizado en la parte frontal de los envases para facilitar elecciones más saludables.
En el foro se ha puesto de manifiesto la "gran preocupación" que existe sobre si el sistema alimentario actual será capaz de proporcionar suficientes alimentos saludables para 10.000 millones de personas en 2050.
En este sentido, Jesús Simal Gandara, profesor de Ciencias de la Alimentación y Nutrición de la Universidad de Vigo, ha señalado que es posible alimentar a esta población, pero "el sistema alimentario requiere grandes transformaciones en aras de promover la sostenibilidad, reducir el desperdicio de alimentos y estimular un cambio hacia dietas saludables para el ser humano y también sostenibles para el planeta".
ES NECESARIO INFORMAR A LA POBLACIÓN
Respecto a los conocimientos y actitudes de la población española sobre sostenibilidad alimentaria, Ángela García González, del departamento de Ciencias Farmacéuticas y de Salud de la Universidad San Pablo-CEU (Madrid), ha señalado que los resultados de un proyecto llevado a cabo muestran la "necesidad de informar a la población sobre la sostenibilidad de los componentes de su dieta, así como la motivación para los cambios de los más jóvenes".
Por el contrario, el estudio manifiesta que "las mujeres, que frecuentemente siguen siendo hoy por hoy las encargadas de la compra y la cocina en la familia, son las más motivadas al cambio de hábitos, lo que las convierte en uno de los principales motores para avanzar hacia la generalización de unos hábitos dietéticos que ayuden a preservar la salud de la gente y el planeta".
Por su parte, Assumpció Anton Vallejo, investigadora y responsable del equipo de cuantificación ambiental del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de Barcelona, se ha felicitado por los aspectos positivos del sector agroalimentario, donde "nos encontramos ante avances tecnológicos que, sin duda, han contribuido positivamente al reto de alimentar correctamente a una población creciente".
Por el contrario, ha denunciado que, a pesar de estos avances, "la producción de alimentos implica en muchos casos consecuencias negativas sobre el medio ambiente", y ha alertado de que "la alimentación aparece como la primera causa de enfermedad y muerte prematura en humanos, tanto en países en desarrollo, por carencias alimentarias, o desarrollados, por excesos alimentarios".
En cuanto a las pérdidas, desperdicios y presiones ambientales de consumo de alimentos en España, Mónica Di Donato, investigadora y economista en el grupo de investigación GEEDS de la Universidad de Valladolid, ha analizado el comportamiento de los hogares a partir de un estudio donde se analiza la viabilidad y sostenibilidad de determinados modelos de consumo, haciendo hincapié sobre los impactos que ese consumo genera en materia de residuos o desperdicios.
Finalmente, se han presentado las propuestas del Comité Científico del Instituto Danone para una Alimentación Sostenibl. En primer lugar, es preciso tomar consciencia del impacto ambiental de los distintos alimentos, desde su producción hasta su consumo; así como interesarse por conocer si las relaciones comerciales y laborales asociadas a los alimentos que consumes son justas.
También recomiendan basar la dieta en alimentos saludables y respetuosos con el medioambiente; moderar el consumo de productos de origen animal en beneficio de los de origen vegetal; dar preferencia a alimentos frescos y de temporada, obtenidos directamente del productor o a través de cadenas de suministro cortas, y elaborar recetas con variedades de alimentos autóctonos, conservando así la biodiversidad.
También instan a reducir el desperdicio alimentario tanto en el hogar como fuera de él; así como a evitar los envases, especialmente los de plástico u otros materiales no respetuosos con el medioambiente, y promover su reciclaje.
Finalmente, resaltan la importancia de ensibilizar al entorno (familiares, amigos, conocidos) sobre la importancia de seguir dietas saludables con bajo impacto ambiental y de exigir políticas alimentarias que favorezcan la accesibilidad y asequibilidad de alimentos saludables y sostenibles.