MADRID, 31 Jul. (EDIZIONES) -
Comer pescado es fundamental para nuestra salud. Forma parte de una dieta equilibrada y debemos comerlo entre 3-4 veces a la semana, ya que es un alimento muy completo, según defiende la Fundación Española del Corazón (FEC).
En concreto, y según cita, nos aporta proteínas de alto valor biológico, vitamina D y del grupo B, yodo, potasio, hierro, calcio, entre otros nutrientes. "Otra de las ventajas corroborada por diversos estudios es la relación del consumo de pescado azul (sardina, caballa, atún, bonito, pez espada, salmón, arenque, boquerones, jurel, entre otros), y la prevención de enfermedades cardiovasculares", remarca la entidad.
De hecho, revela que este tipo de pescado es una importante fuente de ácidos grasos Omega 3 que reducen los niveles de colesterol LDL o 'colesterol malo', y retardan el proceso de acumulación de placa grasa en las arterias.
Pero para poder disfrutar del pescado, éste debe ser de calidad. No será peor uno congelado que uno fresco, si el pescado fue ultracongelado nada más pescarse y no se ha roto la cadena de frío hasta que ha llegado a nuestras manos. No obstante, en España consumimos mucho más pescado fresco que congelado y elegir las mejores piezas sólo se consigue siguiendo una serie de instrucciones.
"La piel tiene que estar brillante, llena de colores vivos. El moquillo que aparece sobre la superficie debe ser transparente. El ojo debe ser brillante y abombado, y sin esa capa lechosa opaca que a veces aparece y que nos indica que no es fresco. La carne debe estar firme o si se presiona con el dedo volver rápidamente a la posición inicial. Si se queda la marca del dedo no es fresco. Las branquias tienen que ser de color brillante y rojo. El olor del pescado fresco, aunque sea a mar, a algas, pero que no sea desagradable", subraya Beatriz Robles, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
La también dietista-nutricionista, que acaba de publicar 'Come seguro comiendo de todo' (Planeta), asegura en una entrevista con Infosalus que los pescados que mejor se conservan son los blancos, mientras que los que peor se conservan son los pescados azules de agua fría (la caballa, el arenque), mientras que las especies de aguas más calientes, como la tilapia, pueden durar mucho más.
"Una vez comprado en la pescadería, cuanto antes lo comamos más fresco va a estar. Lo aconsejable es no esperar mucho a comerlo, y como mucho se puede esperar 24-48 horas desde el momento que lo compramos", añade la experta en seguridad alimentaria.
Además, Robles aconseja que el pescado sí que debemos lavarlo antes de consumirlo. En el caso de que haya vísceras dice que habrá que quitarlas, y después lavarlo bajo un chorro de agua fría. Sugiere también para su conservación el mantenerlo a la temperatura más baja posible, en la parte de abajo del frigorífico, donde suele haber un cajón para frescos.
EN QUÉ CASOS CONVIENE CONGELAR
Igualmente, la tecnóloga de alimentos subraya que siempre es aconsejable congelar el pescado de agua salada si no lo vamos a cocinar a una temperatura por encima de los 60 grados por el peligro del anisakis. "Y luego por supuesto congelar siempre que queramos mantener la vida útil del pescado durante más tiempo sin problema y sin que pierda sus nutrientes", subraya.
En concreto, cita que el pescado congelado, si es azul dura menos tiempo congelado porque tienen más cantidad de grasa (2-3 meses), mientras que un pescado blanco 6 meses. Para acabar con el anisakis debe estar al menos a 20 grados bajo cero durante 5 días, y en un congelador de tres estrellas, precisa Robles.
Asimismo, sobre el mejor pescado para los niños, la dietista-nutricionista recuerda que: "En el caso de los niños hay que evitar determinadas especies. Las recomendaciones se centran en que los menores de 10 años no consuman ni pez espada, ni atún, ni lucio, ni tiburón. Sobre el resto de pescados pueden comerlos libremente hasta las 3-4 raciones a la semana".