MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
Investigaciones anteriores han demostrado que los productos químicos producidos en las plantas conocidos como flavonoides tienen propiedades beneficiosas antioxidantes y antiinflamatorias. Las antocianinas, el tipo de flavonoide analizado en este estudio, se han detectado en el tejido pulmonar poco después de ser ingeridas, y en modelos animales de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC, por sus siglas en inglés), los productos químicos vegetales parecen reducir el moco y las secreciones inflamatorias.
Sin embargo, "la evidencia epidemiológica sobre la asociación entre los flavonoides y la función pulmonar es muy escasa", explica la autora principal del estudio, Vanessa Garcia-Larsen, profesora asistente en la División de Nutrición Humana del Departamento de Salud Internacional de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. "Entonces queríamos investigar si la ingesta dietética y las antocianinas están vinculadas con la disminución de la función pulmonar en adultos de mediana edad", añade.
Los científicos analizaron datos de 463 adultos (con una edad promedio de 44 años) que participaron en la segunda y tercera Encuestas de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea de 2002 a 2012. Aquellos incluidos en el estudio actual completaron un cuestionario dietético y se sometieron a espirometría en la inscripción y en el seguimiento.
La espirometría, una prueba de función pulmonar común, mide la cantidad de aire que una persona puede exhalar mediante la fuerza en un segundo (FEV1), la cantidad total de aire que una persona puede exhalar después de tomar una respiración profunda (FVC) y la relación de los dos, FEV1/FVC. Luego, los investigadores agruparon a los participantes en cuartiles en función de la cantidad de antocianinas que consumieron.
El estudio encontró que los individuos en el cuartil más alto, en comparación con el más bajo, de ingesta de antocianinas tenían una tasa más lenta de disminución anual en el FEV1 que aquellos en el cuartil más bajo: -9,8 mililitros por año (ml/año) frente a -18.9 ml/año. También registraron una tasa más lenta de disminución anual de FVC que los del cuartil más bajo: -9,8 ml/año frente a -22,2 ml/año y una tasa más lenta de disminución anual en FEV1/FVC: -0,02/año.
PARA LOS FUMADORES, LA MEJOR OPCIÓN ES DEJAR EL TABACO
Los científicos también analizaron la asociación entre el consumo de antocianinas y la función pulmonar en los fumadores, los que nunca habían fumado y los que dejaron de fumar. La relación entre el alto consumo de flavonoides y la reducción del deterioro de la función pulmonar parece ser más fuerte entre los que nunca han fumado y los que han dejado de hacerlo que en la población general del estudio. Entre los fumadores, el estudio no encontró una vinculación entre la ingesta de antocianinas y la función pulmonar.
El estudio se ajustó para una amplia gama de factores, incluidas las características de las dietas de los participantes, el sexo, la altura, el índice de masa corporal y el nivel socioeconómico. Otra fortaleza del estudio fue su inclusión de participantes de dos países, Noruega e Inglaterra. Entre las limitaciones del estudio están su tamaño relativamente pequeño y el hecho de que los participantes fueron los que aportaron la información sobre sus dietas.
"Nuestro estudio sugiere que la población en general podría beneficiarse de consumir más frutas ricas en estos flavonoides, como las bayas, especialmente los que han dejado de fumar o nunca han fumado --dice Larsen--. Para los fumadores, dejar de fumar sigue siendo lo mejor que pueden hacer para proteger su salud".
La primera Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea comenzó en 1990 en respuesta a un aumento mundial de la prevalencia del asma. El alcance de las encuestas se ha expandido para incluir información sobre las asociaciones entre los factores conductuales y ambientales que también podrían afectar al desarrollo de la EPOC.