MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las dietas ricas en grasas inciden más en la presión arterial de los jóvenes, según una investigación de la Universidad de Augusta, Estados Unidos, que pretendía diferir por sexos lo perjudicial de estos hábitos.
Los investigadores partieron de la premisa de que las comidas con alto contenido de grasa serían peores para los hombres, pero encontraron que en solo cuatro semanas las ratas jóvenes y hembras también experimentaron aumentos significativos en la presión arterial.
Según la farmacóloga y fisióloga del Departamento de Fisiología del Colegio Médico de Georgia, Jennifer C. Sullivan, "no se sabe suficiente sobre el efecto que tiene una dieta rica en grasas para las mujeres".
El estudio, publicado en el 'American Journal of Physiology, Heart and Circulatory Physiology', observó simultáneamente a ratas Dahl, sensibles a la sal, machos y hembras, criadas para convertirse en hipertensas en respuesta a una dieta alta en este componente. Más recientemente, se ha demostrado que las ratas Dahl macho también tienen una respuesta significativa de la presión arterial a una dieta alta en grasas.
"Dado que las mujeres tienen más probabilidades de ser obesas que los hombres y la asociación entre los aumentos en el peso corporal y la presión arterial es más fuerte en las mujeres", se quería "observar si ocurre los mismo en las jóvenes", explica Sullivan.
Así, descubrieron que la protección cardiovascular habitual ofrecida a las hembras más jóvenes se perdía frente al alto consumo de grasa. A pesar de que las ratas macho jóvenes, al igual que los humanos, comenzaron con una presión arterial más alta que las femeninas, ambos sexos experimentaron rápidamente un grado comparable de aumento de la presión arterial.
Si se habla de dietas con alto contenido de sal, los machos tienen un mayor aumento de la presión; sin embargo, las altas en grasa, afectan por igual a machos y hembras, puntualiza la doctora.
En ambos sexos, la dieta alta en grasa aumentó las células T, que promueven la inflamación, y disminuyó el número de las reguladoras o Treg, en la aorta, el vaso sanguíneo más grande del cuerpo que estudiaron.
En este punto surgieron algunas diferencias por sexo. Las hembras normalmente tienen un mayor porcentaje de Treg, lo que les ayuda a disminuir la presión arterial. Mientras que las ratas macho experimentaron la disminución de Treg, las hembras mantuvieron ese porcentaje más alto independientemente de lo que consumieron.
En los riñones, que desempeñan un papel importante en la regulación de la presión arterial, se volvieron a encontrar aumentos en las células T en ambos sexos, aunque el cambio fue mayor en los machos.
Sullivan reitera que los cambios, tanto en hombres como en mujeres, fueron independientes de un aumento de peso significativo y ocurrieron en solo cuatro semanas. Para la doctora se "puede estar subestimando lo mala que es una dieta con alto contenido de grasas".
La dieta alta en grasas en realidad disminuyó los niveles de triglicéridos en la sangre de los hombres, un tipo de grasa considerada como un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, pero aumentó en las mujeres. El colesterol y los niveles de glucosa en la sangre no se vieron realmente afectados en ninguno de los dos sexos.
Sullivan y su equipo están abordando directamente la hipótesis de que las células T contribuyen al aumento de la presión arterial en una dieta alta en grasas, y si esa dieta está impulsando directamente una respuesta inmune que impulsa la presión arterial.